Del Perú para el mundo
Hace
un par de días en un noticiero matinal vi el nuevo comercial de la Marca Perú
en Italia. El primero fue en Nebraska, Estados Unidos, y esta vez la cuidad
escogida fue Loreto, en la región italiana de Ancona.
La idea del spot publicitario es promocionar
y mostrar la diversidad cultural de nuestro país en las ciudades
homónimas de ciudades peruanas, en el extranjero. El objetivo más importante es, como siempre, promocionar el turismo. La manera que apunta
a lograr esa meta es muy original. Un vehículo para exponer la diversidad y
belleza de nuestro país en otros continentes, es la gastronomía pero como plato de fondo,
mostrar al peruano aborigen de la selva o del ande en su estado natural, es siempre la mejor manera de llamar
la atención.
Así en este caso, en la primera parte del spot, los embajadores de la Marca Perú, un
grupo de artistas conocidos y vestidos
convencionalmente, y otro grupo de
nativos amazónicos de la comunidad de los Bora, por su puesto vestidos con sus
llamativos atuendos selváticos
confeccionados con tela llanchama, y coloridos adornos de
plumas, portando cerbatanas, y un instrumento llamado manguare, que utilizan para comunicarse; bajan de un bus rojo y con motivo de la fiesta de San Juan en el Perú
y de San Giovanni en Italia, que dicho
sea de paso se celebra de manera totalmente opuesta, empiezan a convocar a los
loretanos de Italia a una pequeña feria
gastronómica donde les invitan a probar los platos representativos de la Amazonía como los juanes, el ceviche de
paiche, el tacacho con cecina, los anticuchos de suri, así como bebidas a base
de frutas como la carambola y el camu camu. Como parte de la decoración no
podrían faltar las principales especies
de la fauna selvática: guacamayos, boas y monos; como fondo musical suena la canción de una agrupación de cumbia
amazónica, de pronto tanto peruanos como
italianos loretanos, están comiendo, bebiendo y bailando; en fin, las imágenes muestran que todos disfrutan de
la comida peruana de la selva así como de
la compañía de los singulares personajes bora, sin duda las limitaciones del desconocimiento de los bora del idioma
italiano y el dialecto hablado en la
región de Ancona, y de los italianos del dialecto bora y del español, no
impiden que la fiesta continúe . En la segunda parte del comercial un nativo
bora, simula navegar en una embarcación
rústica de madera tallada con ruedas,
por las calles de Loreto, luego se muestra a un chamán selvático dándole una demostración de medicina natural de la selva a un par
de ancianos, asegurándoles que esas hierbas son la solución para sus malestares,
además se bromea con las bebidas afrodisiacas que los peruanos les ofrecen a
los italianos para que puedan procrear hijos esa misma noche. El spot tiene una tercera parte en la que
un actor muestra a un grupo de visitantes en el museo,
unos cuadros renacentistas italianos, y a la vez unos cuadros del
artista peruano Cristian Bendayan, que
funcionan a manera de parodia del arte europeo en contraposición del arte
exuberante y tropical de la selva que
retrata Bendayán. Finalmente en la
rivera de un riachuelo los bora, encabezados por el jefe, metafóricamente
pretenden insuflar de vida al pequeño río para que se parezca más al caudaloso
Amazonas, los loretanos de Perú y de Italia formando un círculo y tomados de la
mano, con los ojos cerrados, siguen la oración del nativo que entierra las
semillas de árboles como la ceiba y otros que son importantes en la selva peruana,
para hacer más fértil la tierra del
Loreto italiano, cuando el ritual ha terminado todos se abrazan.
Cuando
el almirante Cristóbal Colón y su reacia tripulación llegaron a la isla de Guanahaní,
un viernes doce de octubre, allá por mil
cuatrocientos noventa y dos; la historia
del mundo cambió. Este hecho es de vital importancia porque como afirma
Todorov:
“El
descubrimiento de América, o más bien de los americanos, es sin duda el
encuentro más asombroso de nuestra historia. En el descubrimiento de los demás
continentes y los demás hombres no existe realmente ese sentimiento de
extrañeza radical.” (Todorov 1987, La conquista de América, el problema del
otro. p. 14)
Sin
duda la razón más relevante en el encuentro de dos mundos es que el “yo” europeo descubrió al “otro”
americano, el “yo” americano descubrió al “otro” europeo. Aunque en el imaginario de Colón la tierra a
la que había arribado no era otra que el reino del Gran Khan, o el Asia,
comúnmente llamado las Indias orientales.
En
el comercial de la Marca Perú, si quitamos de escena a los artistas que no son
nativos bora, nos quedamos con una suerte de parodia del descubrimiento de
América. En primer lugar porque son los
mismos nativos loretanos quienes van a demostrar su existencia a otro
continente, en segundo lugar porque al igual que en el caso de Colón y los
tripulantes que llegaron con él hasta San Salvador, el primer problema al que se enfrentaron es en el proceso de
comunicación por la diferencia del
código lingüístico que permita el intercambio eficaz del mensaje; luego, la apariencia física de los bora que
intensifica el contraste de dos razas , por ejemplo la piel más oscura, el
cabello negro y no muy largo, la estatura baja, y la contextura delgada; por otro lado, la
vestimenta juega un papel importante en este “descubrimiento”, los boras visten
sus trajes característicos y exuberantes que los cubren muy pobremente además
llevan marcas pintadas en el rostro que
los hacen parecer más aguerridos, más salvajes.
Los bora, salen al encuentro de los europeos, de raza blanca y cabello
claro, significativamente más altos que ellos, vistiendo jeans, casacas y zapatillas, con
headphones y celulares
modernísimos, las mujeres maquilladas y algunas con el cabello teñido de
colores extraños. El contraste nuevamente salta a la vista. Dos grupos
heterogéneos que sin entenderse pueden convivir, tal como Colón y los
descubridores del Nuevo Mundo, dos razas diferentes que se asombran los unos de
los otros, ellos, los bora, ofreciéndoles comida, tal como hicieron los tahínos
el día que vieron esas extrañas y enormes balsas llegar del mar, y ellos, los
italianos, comiendo el pescado crudo y los gusanos que les llevan los nativos
selváticos. Ambas culturas se abrazan literal y metafóricamente, ambas razas
tratan de conocerse en los otros por medio de sus diferencias.