viernes, 30 de noviembre de 2012

"LAS BODAS DE DiDi"

Con “Las Bodas de DiD i”, Jorge Luis Fernández presenta un proyecto contemporáneo que se adapta a la necesidad de reutilizar el material generalmente desechable,  este caso con un fin artístico.  Fernández nos ofrece un espectáculo plástico  lleno triste belleza y poesía reflejada en la tragedia de la novia abandonada en la Iglesia que nos llama a reflexionar sobre la importancia del matrimonio como acontecimiento extraordinario en nuestra sociedad. 










jueves, 29 de noviembre de 2012

BARRIO DEL SOLAR, AREQUIPA-PERÚ.



TEATRO FÉNIX, AREQUIPA-PERÚ






CAPILLA DEL BARRIO DEL SOLAR, AREQUIPA-PERÚ

Tree63 - "Look What You've Done For Me"


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VANGUARDISMO EN ALBERTO HIDALGO



Alberto Hidalgo Lobato, pródigo poeta y narrador arequipeño,  se inició en el vanguardismo  durante su estancia en la capital argentina, lugar donde esta corriente  surgió con más fuerza y contó con más representantes tan bohemios como artistas e intelectuales que hicieron de bares y cafés los puntos de encuentro para  formar un nuevo espíritu contestatario que cuestionaba y rompía con las normas para el arte que primaban hasta entonces, este espíritu se llamó vanguardia. Alberto  Hidalgo junto con Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo, Francisco Luis Bernárdez, Evar Méndez y otros jóvenes enardecidos con el nuevo ideal artístico, se sumaron a la producción del vanguardismo latinoamericano por medio de la difusión oral con recitales y lecturas a plena calle así como con publicaciones en revistas. Fue así como Hidalgo se impregnó del vanguardismo y luego lo introdujo a la literatura peruana.
Alberto Hidalgo además participó en Colónida en 1916  y en  otras revistas resaltantes de la época. Entre sus principales obras figuran: su único libro de cuentos, Los sapos y otras personas,  poemarios como Actitud de los años, Carta al Perú, Poesía inexpugnable, Joyería, Química del espíritu, Simplismo,  así como  el ensayo Diario de mi sentimiento y libros de crítica como Hombres y bestias y España no existe.
Es precisamente la colección de cuentos Los sapos y otras personas, un ejemplo contundente de lo que significa el vanguardismo literario que traspasó los límites de la poesía y se instaló  también en el cuento. 
En primer lugar la prosa de esta colección es altamente poética, por ejemplo en el primer párrafo de  El Tuerto, Hidalgo además de describir la situación del personaje  hace uso de figuras poéticas que se mezclan con la narración:
“El pobre hombre, la cuenca sangrante, todavía colgando sobre el pómulo la esclerótica, partida en dos la córnea, roto el iris, entontecida la cabeza por el dolor, aún tenía el coraje de referir cómo sucedió aquello”.
Los sapos y otras personas es también una obra filosófica donde el autor se vale de cuentos extraordinarios y de metáforas que se justifican en el afán de manifestar el pensamiento filosófico e ideológico, como en el caso de  Filosofía  negra:
“Has de saber que la tierra no es lo que aseguran tus sabios con pedantería de gallináceas, sino un inmenso asador. En él los hombres nos cocemos hasta el punto de la torrefacción, que es el que más place al Hacedor de Cielos y Tierra. El asador gira constantemente para que a todos nos alcance por igual el fuego”.
Alberto Hidalgo también utiliza estos cuentos para aludir a sí mismo introduciéndose como su propio personaje por ejemplo en El árbol sagrado: “Ahora me llamo Alberto Hidalgo, en homenja al hombre que me salvó la vida, cuyo era ese nombre”.
Asimismo Hidalgo hace uso del cuento El plagiario, para criticar no tan sutilmente a su compañero el poeta Oliverio Girondo, cuando alude a él y a sus publicaciones que sentencia como plagios de obras mayores: “un mal no clasificado, consistente en la suplantación de los órganos vitales del sujeto por una hipersensibilidad para apoderarse disimuladamente de trabajos intelectuales ajenos, o sea lo que comúnmente se conoce con el nombre de plagio”.
El vanguardismo además de romper con el molde del arte clásico,  imponer nuevos criterios y producir nuevos discursos, busca también un cambio radical de las manifestaciones literarias; para lo cual recurre a la innovación de la temática y de los personajes; en tal caso Hidalgo toma como personajes a seres que no son ni siquiera humanos, por ejemplo los sapos, del cuento del mismo nombre y el tranvía de El tranvía nº34, en el que el protagonista sostiene una conversación y mantiene amistad con un tranvía americano que se suicida.  
Hidalgo alguna vez declaró que la pausa no es un recurso tipográfico sino un estado psicológico, al que recurre constantemente no solo en su poesía sino también en casi todos los cuentos de Los sapos y otras personas. Es por eso que utiliza la pausa para independizar ciertos párrafos de un cuento,  como en El tuerto, donde además de dividir la narración en ocho capítulos, algunos de estos se subdividen nuevamente en párrafos que describen diversas situaciones que se añaden al cuento a la mitad del penúltimo apartado. 
Por otro lado, la regla de vanguardia es romper todas las demás reglas del arte; Hidalgo también toma este recurso y da forma a un cuento que  podría ser cuestionado en cuanto a su  estructura formal: La subconsciencia, donde no hay diálogos ni descripciones propiamente dichos sino que hay una lista de anotaciones para lo que sería una puesta en escena, que sin embargo mantiene el hilo narrativo.
Aunque es más bien una característica de la poesía vanguardista la exploración de lo irracional, como  las fobias y manías; también es válido  considerar esta singularidad de la vanguardia en los cuentos de Hidalgo como Tragedia yanqui, donde el personaje se obsesiona con los ascensores, en El melómano, cuyo personaje no puede vivir sin el canto de ópera, El tranvía nº 34, donde el protagonista llora por el suicidio de su mejor amigo el tranvía, y  La mujer única, donde el personaje principal mantiene una relación sentimental con la imagen de la mujer que pintó.
Los sapos y otras personas está plagado de personajes que no pueden ser héroes por su excentricidad y rareza, así como de protagonistas que llevan por nombre números como la 37 y el 65, de El hombre cubista, 1238 de Más allá de la ciencia,  o el doctor 30 de El asunto del Dr. 30. Sin duda también estas particularidades encajan dentro del cuento vanguardista que propone Alberto Hidalgo.  
El orden y la belleza caracterizan a los cuentos clásicos, esto es cuestionado por el vanguardismo que propone lo estrafalario, feo y experimental, por ejemplo retratado en los cuentos Los sapos, Más allá de la ciencia y  La subconsciencia. Así como la sinrazón y la multiplicidad del punto de vista del narrador se ven reflejados en El tuerto, La subconscienciaEl asunto del Dr. 30 y Más allá de la ciencia.
Para concluir el vanguardismo literario que propone Alberto Hidalgo se manifiesta en la única colección de cuentos del autor arequipeño: Los sapos y otras personas,  de diversas maneras que van desde un cambio radical en la estructura formal del relato y  en lenguaje hasta la renovación de la temática y la profundización del mundo interior  de los personajes que se alejan de la heroicidad para hacerse cada vez más excéntricos y repulsivos.


AUTOPSIA DE LAS GENERACIONES LITERARIAS EN EL PERÚ


RESUMEN

El concepto de generaciones pertenece a José Ortega y Gasset, según él, una generación se vincula a un acontecimiento histórico de gran importancia. Para Carlos García Bedoya, una generación se sucede cada quince  o treinta años y está determinada por factores como la coetaneidad, y el contexto social.
En el Perú las generaciones surgen cada diez años , sin embargo esta división carece de un criterio teórico y ha sido ampliamente cuestionada por teóricos, creadores y críticos, quienes la han calificado de positivista e inoperante, contradictoria y anacrónica.
Héctor Ñaupari sostiene que esta división se realizó por adhesión ideológica, al igual que la clase social. Así en  la “polémica sobre el método” surgida en Viena a fines del siglo XIX,  se debate acerca de cuál debería ser el criterio metodológico que adoptarían las ciencias sociales para acercarse a la realidad. Entonces fue definido  el individualismo metodológico que sostiene que la conducta individual no está determinada por los condicionamientos sociales, entre los representantes de este individualismo, se encuentran historicistas, estructuralistas, marxistas y demás colectivistas epistemológicos que proponían las clases sociales como factores capaces de determinar el comportamiento individual; sin embargo con el paso de los años esta posición fue desvalorizada.
Con el inicio del fin  socialismo a fines del siglo XX, se suponía que estas nociones socialistas serían desprestigiadas, lo cual ocurrió con diversas disciplinas menos con la teoría y crítica literaria, en cuyas nociones se encontraba el paradigma de generación, estrechamente ligado al socialismo. Por esta razón muchos escritores, críticos y teóricos literarios peruanos y socialistas continúan sosteniendo esta periodización, según la cual las generaciones se configuran cada treinta o quince años.
Finalmente Héctor Ñaupari, opina que no deben existir las generaciones en la literatura peruana, sino que esta debe estar definida solamente como fenómeno social y debe ser explicada por sus elementos individuales. 


RETRATO CON MUJERES Ivan Thays


RESUMEN 
A propósito de un antiguo mito griego sobre la ceguera del adivino Tiresias, Thays escribe que a lo largo de la historia los hombres se han dedicado a descubrir, domesticar, gobernar lo imposible, al mismo tiempo, mientras ganaban estas batallas se han preocupado en desdeñar y burlarse de la aparente fragilidad de la mujer convirtiendo los terrenos de el amor, el trabajo y el deporte, un escenario para propiciar la competencia entre hombres y mujeres ante el panorama de la impotencia.
Por otro lado, la literatura femenina, si se puede usar este término, no determina más que el hecho de que sea la mujer la que produce el discurso escrito, ya que por ejemplo, no se podría hacer diferencia si es que Borges, hubiera sido mujer. Para el estudio de la literatura femenina es necesario tomar en cuenta factores como el texto, la intención y expectativas del autora, etc.
Los personajes en la obra de Thays, como lo afirma el mismo autor, son  fantasmas que siempre hacen sufrir o salvan a los hombres. El autor de Fotografías de Francis Farmer, hace una lista de personajes femeninos de autores masculinos dentro de la historia de la literatura, las más resaltantes son  Ana Karenina, Emma Bovary,  Adela, de Schulz, Ada Veen, de Navokov, las más odiadas por el escritor limeño son personajes como Octavia de Cádiz, de Bryce y Catita, de Adán.
Finalmente Thays sugiere que la literatura femenina es el producto de una literatura hecha por hombres que toman los espectros de sus heroínas para amarlas u odiarlas, mientras que la literatura hecha por mujeres, les permite a las escritoras ofrecer su visión del mundo desde su género.


MUJER ESCRIBIENDO
Carmen Ollé
Carmen Ollé defiende que las escritoras construyen sus personajes masculinos como psicópatas, narcotraficantes, asesinos, etc, que son producto de la compasión y simpatía que despierta el hombre en la mujer.
Así, esta autora confiesa que sus personajes resultan de la combinación de sueños, lecturas y amores frustrados. Finalmente dice, Ollé, que la mayoría de autores proyectan en el personaje hombre o mujer, las virtudes y defectos de los personajes inacabados de otras novelas e incluso de la vida real.


TODO ESCRITOR ES UN OUTSIDER Rocío Silva Santisteban


RESUMEN 

En una entrevista a Rosa Montero hecha por Rocío Silva, la autora de La hija del caníbal, responde a la periodista limeña que ella escribe para salir del individualismo, ya que la narrativa, en este caso le permite cierta libertad a su personalidad  y que escribir como mujer es tan necesario desde la posición misma de este género y su visión del mundo. Es importante para una mujer escritora romper los moldes masculinos de muchos discursos, tanto políticos, científicos, incluso históricos. Rosa Montero opina que lo femenino es una invención machista y que debería existir una libertad que rompa estos estereotipos.  A la vez, montero afirma que la escritura está muy ligada a la lectura, y que se dan caso en que la escritura, como actividad constante puede llevar a uno al delirio, como sucedió con los poetas malditos.  Acerca del mito de que la mujer  no puede ser poeta y a la vez madre y esposa, Montero opina que  es difícil compaginar este estilo de vida, pero no imposible, así como la escritura y el periodismo, deben soportarse para crear armonía. Silva le pregunta a la autora española cómo hace la elección de los temas a escribir, y esta le responde que casi es una actividad inconsciente pues son los temas los que llegan a uno y no al revés. La escritora afirma que una novela está terminada cuando quien la escribe sabe que no hay más que decir, asimismo, es imprescindible seguir un plan, hacer anotaciones, armar una estructura a la hora de escribir una novela.  Sobre el boom latinoamericano, Rosa Montero sostiene que  este ha servido para que la mirada del mundo apunte sobre la literatura producida en este continente, sin embargo también fue perjudicial porque en esta mirada se contempla solo un estilo de escritura que no abarca a todos los autores.
Mark Ryden


¿LLEGAMOS TARDE A LA FIESTA? Liuba Kogan


RESUMEN 

El tema de la mujer ha aparecido con más fuerza en la actual agenda política, esto probablemente es una consecuencia del debilitamiento del papel masculino en los partidos políticos que ha hecho que la mujer surja cuando el hombre ha perdido ya la oportunidad. Por eso la cantidad de mujeres en los poderes del Estado, con la Ley de cuotas, se ha incrementado de manera que son consideradas, a diferencia de los hombres, como más honestas, preocupadas por los pobres, mejora administradoras y menos autoritarias.
Los tipos de mujeres que ascienden al poder se dividen en tres categorías. En primer lugar están las profesionales que ocupan puestos técnicos, son neoliberales y pretenden una carrera política prestigiosa. En la segunda categoría están las de trayectorias profesionales diversas que no participan de ningún partido político. Finalmente están las que han llegado al poder en un partido de oposición.
Así, también existen siete maneras diferentes de mujeres en la política peruana:
·         Las yuppies femeninas: relativamente jóvenes, buenas profesionales, bellas y no están casadas.
·         Las señoras de clase media: edad mediana, madres y profesionales promedio de apariencia conservadora.
·         Mujeres masculinizadas: agresivas y bellas, prima la actitud masculina.
·         Las caricaturas de femineidad: de apariencia sexual y extravagante.
·         Mujeres solteras: edad mediana, buenas profesionales y solteras.
·         La matrona: prima su maternalidad.



sábado, 24 de noviembre de 2012

22.


Sueños atrasados,
después de medianoche el dolor no ha vuelto 
y jamás pensé que volvería a escribir luego de tanto mal humor

el azúcar no me mantiene despierta
(quiero dormir)
voy corriendo
voy corriendo
quiero volar, quiero volar, quiero volar

la gente no se da cuenta que soy incapaz de hablar
o tal vez sí, por eso ríen 
yo río frenéticamente

22 años después de tanta majadería 
por fin  he encerrado a una pequeña criatura violenta en una celda barrada
                                                                               y jamás la dejaré salir
ahora y  22 años después, siento una extraña felicidad porque hace un año
                                        que busco estar en paz conmigo y con el mundo
creo que por fin el buen Dios así lo permite,
por eso mi sonrisa es sincera
por eso ya no busco mirarme en los espejos
quiero no saber si estoy allí.





AMOR= HACER    FELIZ AL OTRO=FELICIDAD PROPIA

LOS DESEOS DE LA CARNE PRODUCEN MUERTE ESPIRITUAL E INFELICIDAD,
POR EL CONTRARIO LOS DESEOS DEL ESPÍRITU TRAEN CONSIGO PAZ, ALEGRÍA Y  BIENESTAR

martes, 13 de noviembre de 2012

BLANCO Y NEGRO La razón contradictoria de Ulises García


CRÍTICA

Para aproximarse a la novela del arequipeño Carlos Herrera es necesario comenzar por desentramar los epígrafes que utiliza el autor en su obra;  el primero de ellos es una cita bíblica tomada del libro del Apocalipsis que  enuncia y condena la tibieza espiritual del hombre; y así es como se define el héroe de la novela: Ulises García, ni frío ni caliente, a lo largo de su vida será  condenado por la sociedad debido a su conformismo, a su indecisión y a  su carácter flemático e individualista, sin embargo lo que redimirá a este trágico héroe será el sacrificio romántico que aceptará  luego de haber concluido que ante todo lo que importa son los principios y por fin habiendo decido lo correcto, preferirá  la muerte a la traición.
El segundo epígrafe, tomado de la historieta Los vigilantes, obra de dos artistas de comics, resume  la belleza de la dicotomía blanco y negro, en ese orden, y no al revés, puesto que al final de la novela, Herrera sugiere con el sacrificio del protagonista que el blanco es más sublime que el negro, pero tristemente injusto. Es decir lo bueno y lo malo, la dicotomía que tenemos presente todos los seres humanos y que nos obliga a decidir de qué lado vamos, debe ser una elección consciente e inteligente que nos conducirá de una u otra manera a la paz, a la felicidad, estados que experimenta el protagonista de la novela, mientras muerte, tras haber optado por el blanco, por lo correcto.
Carlos Herrera, escritor y diplomático arequipeño nacido en 1961, y autor de Blanco y Negro, novela publicada en 1995;  da vida a un singular personaje llamado Ulises García que tiene  un doble defecto físico y moral: tener una visión dicromática de  los colores blanco y negro, además de estar incapacitado durante toda su vida (hasta instantes antes de morir) para elegir entre una de las dos caras de una contradicción; es decir, Ulises siempre se encuentra entre la frontera de lo bueno y lo malo sin decidirse por nada. Ulises García es el personaje que no siendo el prototipo de  héroe pero tampoco encarnando al  villano, asume un sacrificio romántico luego de haber vivido  condenado por la sociedad y  traicionado por la duda y los valores de una sociedad cuya principal característica es precisamente la contradicción.
Los personajes que acompañan la odisea de Ulises se dividen en dos bandos: los buenos y los malos, que intercambian roles a lo largo del relato; en el primer grupo están la madre de Ulises, que lo protege y le inculca el amor y respeto a Dios, su padre, que  a pesar de todo desea el bien y la felicidad para Ulises; la tía Adelaida y el tío Arsenio, que lo acogen en su casa tras la muerte de sus padres, Héctor, quien de niño lo defiende y trata de resguardarlo casi hasta el final. En el segundo grupo está la sociedad que no permite la ambigüedad y la dicotomía de Ulises y que lo obliga a trabajar, a elegir entre derecha e izquierda, entre el amor y la traición; está también Mari Luz, la mujer de quien Ulises se enamora, quien no le corresponde pero a quien protege hasta la muerte y finalmente están Héctor, representando el poder militar, la derecha política, el honor, el patriotismo y el orden; y Ántero, figura de la fuerza de la revolución y  la lucha por la igualdad.
Así la novela de Carlos Herrera abarca la vida de Ulises García desde su nacimiento hasta su muerte. En los primeros capítulos Herrera describe la niñez y adolescencia del protagonista, así  cuenta que el padre de Ulises trata de convertirlo en un hombre que siendo inteligente y ambicioso, consiga fortuna y respeto; por su parte la madre pretende que su hijo sea un hombre devoto  y trata de despertar en él una vocación religiosa. Sin ponerse de lado de ninguno, Ulises acepta la doble formación de sus padres. Así Ulises es educado en un colegio jesuita donde debe aprender mecánicamente y contra su voluntad todas las nociones que los niños comunes como no lo era él, aprenden en la escuela. Dotado de una singular inteligencia, Ulises desde pequeño aplica el auto aprendizaje en base a lecturas que proporcionan las teorías que el protagonista necesita para comprender  y conocer el mundo; la desventaja es obvia, Ulises no sabe nada más de lo que los libros le pueden enseñar; es decir las vivencias normales de todos los niños y adolescentes, son aprendidas con una dosis extra de sorpresa y dolor, daba la introspección del personaje y su defecto moral.  Ulises es un niño débil que pasa desapercibido, su único amigo de toda la vida es Héctor, quien lo defiende de agresiones y maltrato de los demás compañeros de la escuela. Cuando Ulises termina el colegio sus  padres mueren uno después del otro, quedando solo y pobre, el héroe queda al cuidado de su tío paterno Don Arsenio García  quien espera hacer de él un hombre de bien, esta es una de las primeras pruebas que debe afrontar el protagonista: debe buscar la manera de sobrevivir.  Ulises que tenía pensado iniciar una odisea para conocer el mundo, tras la muerte de sus padres se ve imposibilitado de cumplir ese sueño y es obligado por su tío a escoger una carrera universitaria, luego decide que no quiere estudiar ni trabajar así que desamparado del auxilio económico de Don Arsenio, decide que para subsistir debe leer y luego vender la única herencia de su padre: su biblioteca para comprar más libros y algo de comida; luego de dos años Ulises ha vendido todos sus libros y se encuentra nuevamente solo y miserable. Así mientras trata de manejar su situación frente al mundo, su tío logra conseguirle eventuales trabajos que el protagonista no puede conservar no tanto por su ineptitud pero si por doble defecto. Pronto la vida ociosa y placentera que Ulises busca en los libros y el poco dinero que logra ganar, hace que peligre su futuro,  pues habiendo estudiado la estructura socioeconómica de su país y aplicando a sus pocos amigos y conocidos  un esquema y teorías propuestas por él en base a las lecturas de muchas obras, el joven personaje de Carlos Herrera queda fuera de la escala social y al borde del infortunio. Ulises divide a la sociedad  y en ella a sus habitantes como tiranos, solidarios, distingue la justicia y la represión, al individuo y a la comunidad, pero no puede ubicarse en ningún grupo, ese es su pecado, puesto que esa indeterminación lo arrastrará a la muerte. 
Ulises, que no trabaja ni estudia cae en la bohemia y comienza a mezclarse con el Círculo, un grupo de  revolucionarios y poetas que sin que él fuera consciente y sin involucrarlo demasiado, lo consiguen adoctrinar en la política izquierdista, marxista y rebelde. Dentro de ese grupo resalta la figura Ántero, quien se convierte en su amigo y le consigue un trabajo en el periódico donde trabaja. Poco a poco Ulises se deja llevar por forma de pensar de sus compañeros, sin dejar de ser racional y sin decidirse del todo comienza a formar parte de ese círculo político de izquierda socialista mientras que se enamora de Mari Luz, adepta también al socialismo como si se tratara de una religión. Ulises sin decidirse del todo, evalúa meticulosamente las bases políticas y sociales del Círculo y llega a simpatizar, aunque no del todo, con aquel grupo, ya sea porque en parte el protagonista lo ve todo desde la perspectiva teórica y de los libros como de la religión, ambos legados de sus padres.
Ulises, conocido después por la objetividad con la que escribe su columna en el periódico, comparte también la amistad con Héctor, su viejo amigo de la escuela quien moldeado por la instrucción militar, acaba de ser expulsado del Ejército por un asunto menor pero que tiene bien claros los valores del honor y el patriotismo ante todo. 
El momento social y político que atraviesa el país de Ulises, que sin ser nombrado aludiría al Perú, es decisivo para el futuro de todos, puesto que resquebrajado el gobierno y luego de años de dictadura militar y posterior intento de democracia, se espera la revolución que lo solucione todo. Entonces se fortalecen  el Grupúsculo y la Banda.  Carlos Herrera no utiliza nombres, pero parece ser claro que este Grupúsculo  en el que finalmente se disuelve el Círculo y al cual se adhieren con especial fuerza Ántero y Mari Luz, es el equivalente literario del Movimiento Senderista y la época en la que sitúa la novela, alude a la inicial dictadura de Alberto Fujimori, así como la Banda, sería el grupo de fuerzas armadas y militares que violentamente tratan de acallar la agresiva y sanguinaria revolución del Grupúsculo.
Ulises sin  decidirse entre ambos bandos, se aleja del desaparecido Círculo y pierde contacto con Ántero y con Héctor. Una noche después de un largo tiempo, se encuentra con Mari Luz, quien asustada le comunica un mensaje de Ántero quien le pide que se cuide, momentos después recibe una nota escrita de Héctor con la  misma recomendación. Es claro entonces que Ántero y el Grupúsculo son los opuestos de Héctor y la Banda. Esa misma noche un grupo de encapuchados capturan a  Ulises. El héroe, sin serlo todavía no puede saber quienes son sus victimarios, puesto que no distingue entre el rojo del Grupúsculo ni entre el índigo de la Banda. Sin esperanza de saber en que manos ha caído, Ulises es golpeado a la vez que se le exige dar información sobre el paradero de Mari Luz, al no responder los encapuchados lo dejan para al día siguiente continuar con el interrogatorio y de acuerdo a su respuesta dejarlo con vida o no.  Ulises pasa la noche cavilando y recuerda a sus padres y todo lo que pudo aprender de ellos, concluyendo y confirmando la existencia de Dios, tras resolver muchas dudas también sobre el ser humano, la fe y la razón; finalmente el protagonista decide que se sacrificará por amor a Mari Luz (aunque tampoco él sabe exactamente su paradero) prefiere pensar que se convertirá en un héroe romántico habiendo dado su vida para salvaguardar la de su amada, quien se supone, una vez enterada de su muerte, sabrá agradecer el gesto. Así Ulises por primera vez en su vida, puede estar seguro de algo: lo que importa al final son los principios y su gesto le dará sentido a toda su existencia, ese sacrificio, ese silencio que oculta a Mari Luz, es el rayo que iluminará tanto la razón como la fe que lo han acompañado toda la vida. Por eso, cuando a la mañana siguiente, siente los pasos de sus verdugos sabe que debe hacer lo correcto, que debe elegir hacer el bien, lo que se considera bueno aunque sea a costa de sí mismo. Sin embargo no tiene tiempo ni de abrir la boca, ellos le dicen que han atrapado a Mari Luz y que ella lo ha delatado e inmediatamente después le disparan una bala que le parece resplandecer roja y le permite una última contradicción, la de haber vislumbrado el color de la revolución, después de tantos años de blanco y negro; esa bala lo inunda de muerte y de paz.
Carlos Herrera  propone en esta novela la dicotomía del ser humano, que destinado a una contradictoria existencia, no puede más que elegir. El protagonista de Blanco y Negro, nunca en su vida ha podido decidir (sino solo frente a la muerte) ni se ha resuelto jamás a pertenecer a uno de los dos bandos, como lo cita el autor, para no equivocarse prefiere no escoger; y obviamente la sociedad se confabula en contra de quien no es capaz de alzar la voz para expresarse, como lo hace en su momento el gobierno en contra del menos favorecido: el pobre, la mujer y el niño; así la sociedad condena al indeciso al pusilánime, al flemático, al que prefiere la reflexión  y no la acción: la humanidad castiga y Dios condena al tibio. Herrera valiéndose de un excepcional personaje, nos muestra esta metáfora de la vida. En  la manera en la que la humanidad expectora al débil, resulta  aplicable la  ley del  fuerte y no la del justo que generalmente tiene la perspectiva correcta para interpretar la realidad. Así habitamos un lugar donde todo funciona bajo el influjo de las pulsiones del poder que llevan al hombre a animalizarse y logran finalmente la decadencia de toda la escala social, donde ya que se anula la libertad, se cancela la posibilidad del diálogo, se desmerecen los valores y se pretenden  imponer egoístamente los propios intereses bajo presión y fuerza (como sucede actualmente en cualquier escenario social); se ha perdido el respeto por la vida propia y la del otro, los principios no valen nada y no se apela ni a la fe, mucho menos a la razón, no queda más que decidir entonces entre  la desesperanza  o la lucha, pero no con armas sino con hombres que busquen la paz. 


Texto y fotografía propios.
Texto de la imagen: Carlos Herrera: Blanco y negro, La razón contradictoria de Ulises García
Citar fuente: elamorconsagralamor.blogspot

jueves, 8 de noviembre de 2012

Foto: Omate, Moquegua-Perú 2011
Foto: Omate, Moquegua- Perú 2011
Foto: Volcán Misti desde Chapi, Arequipa-Perú 2010
Foto: Ilo-Perú 2011
Versos propios
Foto: Puno, Lago Titicaca -Perú 2011

Foto: Camaná(Quilca)  Arequipa-Perú 2012


Foto tomada en Yura, Arequipa-Perú 2012

Vn.

Y últimamente siempre estás aturdida en las mañanas
         con muchas ganas de darte vuelta
                                     de correr en reversa
                                     de encender un cigarrillo
                                     de que todos te miren

pero sigues allí,
en un camino diferente
en tu nuevamejorvida

Y últimamente sabes que la  realidad se parece más al absurdo mundo de los sueños
mientras caramelos narcotizantes
                                           te desgarran en pesadillas color coral
                                           en el extraño (in)feliz mundo de lo absurdo
donde  tristemente  logran arrancarte un grito ahogado, una rabia sorda y ciega, una mirada feroz, un viaje imprescindible al inconsciente y a la palabra que allí habita
 luego
te das cuenta que por fin has desenredado tantas teorías como para poder conquistar el mundo con un lápiz azulceleste y una vieja cámara de fotos.
luego
regresas dándote cuenta que nunca te fuiste, que tal vez nunca te irás
pero lo que has aprendido define a la vida como una loca e injusta tonta aventura obligatoria.

jueves, 1 de noviembre de 2012

WALTER BENJAMIN Y EL ARTE DEL SIGLO XX Y XXI



El arte, como el hombre ha ido evolucionando, y con ello la nueva concepción de lo que es bello.
Como dice Paul Valéry en La conquéte de l’ubiquité,  ni la materia, el espacio o el tiempo son lo que han venido siendo desde siempre, ahora existen técnicas de arte que laboran de la mano con la capacidad inventiva del artista de tal manera que han llegado a modificar la noción misma del arte.
En el ensayo “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”, Benjamin afirma que  todas las obras de arte tienen dos tipos de valores: el valor cultual, como objetos de culto y el valor exhibitivo, como elementos que pueden ser mostrados a un público.
 El arte contemporáneo  ha modificado el  valor cultual de la obra de arte adaptándolo ala vida del hombre moderno, por ejemplo la adquisición de una escultura de Jeff Koons, en la actualidad no daría lugar a ningún tipo de culto o ritual religioso como podría haber sucedido con la Venus de Milo, sino que por ejemplo su “Mujer en  la bañera” cumple un rol meramente decorativo.
Así como el valor exhibitivo, de las obras de Andy Warhol, por ejemplo tienen mayor acogida por parte del público, porque no todas las personas van a las exhibiciones de arte buscando cultura sino solo recreación.
Las obras de arte de Koons, Warhol, Dunchamp, Moore y otros representantes del arte contemporáneo no carecen de aura, pues mantienen las características de valor cultual y la autenticidad. En cuanto a eso, la concepción  de Benjamin sobre el arte todavía puede ser aplicable al arte moderno de los siglos XX y XXI.
La fotografía y la pintura también han evolucionado cada cual por su lado, las obras de Paula Rego, pueden trasmitir tantas y tan diversas sensaciones como  las de Van Gogh.
Ha vuelto a la vida del hombre “el arte por el arte”, donde cualquier obra artística se vale por sí sola, por sus valores estéticos por más extraños o ininteligibles que estos sean, desligándose así de su función social.
El arte aun a pesar del paso de los siglos y la evolución de la humanidad, sigue buscando lograr un objetivo común en todas sus formas de representación: producir una reacción cualquiera que esta sea, en el público espectador. 


DEBEMOS AMAR A NUESTROS ENEMIGOS



Amar a nuestros enemigos es una contradicción muy seria. De hecho hasta resulta difícil imaginarlo, ya que estamos acostumbrados a amar solamente a quienes nos aman. Amar a quien nos odia o a quien odiamos es cuestionable de muchas maneras. Entonces amar al enemigo, resulta complicado, una mejor alternativa es no odiarlo.
 No es lógico amar al enemigo, pero así lo manda Cristo, y qué difícil nos resulta a todos. ¿Tiene algún sentido amar al enemigo? ¿Por qué amar a nuestros enemigos? Mejor dicho ¿por qué no odiarlos como el resto de la gente?
Muchas respuestas se resuelven ante tales interrogantes, todas se resumen así: el odio genera más odio, es una fuerza  generadora de mal. Sin embargo esa no es la única razón para no odiar.
El odio hace pensar demasiado en el enemigo,  pensar  de manera enfermiza, pensar, pensar a cada momento en esa persona, maquinando mil maneras de causarle daño, retroalimentando el mismo sentimiento, acrecentándolo,  exagerando, haciendo latir con furia el propio corazón, atormentando la mente con más de lo mismo una y otra vez, no hallando la mejor manera de derrotar al contrario, hasta llorar de impotencia.   Pensando, pensando en él, ella, ellos.  Dándole al enemigo no solo demasiada importancia, sino otorgándole  también un apartado  en nuestra vida. Un espacio en nuestra mente. Un lugar privilegiado. 
Eso no es todo, el odiar al enemigo rompe toda armonía con  el ser interior. El odio  quita paz, y  la paz es lo último que nos queda si lo hemos perdido todo. La ausencia de paz, causa muerte, una muerte interior irreparable, generada solo por haber odiado.
Debemos no odiar porque  el odio nos vincula  estrechamente con el enemigo, nos  arrastra a una corriente de pensamientos que ocupan espacio en nuestra mente, pero sobretodo no debemos odiar porque perdemos paz. Ante esto, nos queda solo amarlo, amarlo como no es posible, debemos procurarle el bien a sus expensas, defenderlo si lo atacan otros, procurar un trato de amistad y hermandad además de desearle sinceramente la felicidad que buscamos para nosotros mismos. Esto además de ennoblecernos,  le agrada al Señor, pues fue Él quien amó a quienes lo clavaron en  la Cruz, y así lo mandó para que nosotros, aspirando a ser santos, lo hiciéramos en obediencia puesto que en el otro, encontraremos a Cristo y así, amando al enemigo, amamos a Dios.