lunes, 19 de agosto de 2013

AMOUR: cuento



Aparecen los créditos en letras blancas sobre el habitual fondo negro. También aquí ha oscurecido. La sensación final es la de un sabor extraño, como de nostalgia, como si esa fuera mi historia: el anciano le sujetaba una mano y cuando terminó de contarle un episodio de su niñez casi saltó sobre ella, cogió una almohada y ejerció presión. La cámara muestra el movimiento violento de una pierna que parece intentar defender la fragilidad de aquel cuerpo. Luego deja de moverse, él se incorpora y contempla el cadáver bajo las frazadas. Finalmente enloquece.   
En otras ocasiones habría apagado el monitor tras extraer el cd y habría continuado mi rutina, pero ahora no es tan simple. Esta vez ha sido más bien como ser sorprendido en plena fase de sueño profundo por  alguien que, imitando ese gesto, hubiera cogido una almohada ejerciendo presión sobre mi cabeza. Entonces seguramente mi cerebro ordenando a mi cuerpo una inmediata acción de defensa, también fuera asfixiado por la frustración de la inmovilidad de mis extremidades engañadas por la parálisis del sueño.  Terrible.

Afuera es una tarde normal pero he decidido alterar un poco la rutina. Para eso apago el celular y me olvido del mundo. El plan es pasar una tarde de placeres relegados por el peso de una tesis apenas comenzada. En el escritorio se apilan unos cuantos libros que he deseado leer desde hace mucho, pero decido -buscando una dosis extra de drama, supongo que para reemplazar las emociones propias o para cambiar la perspectiva de la cotidianeidad- explorar  el cajón de las películas.  Una me llama especialmente la atención,  entonces  me acomodo entre mi desorden y  a continuación, sin mucho esfuerzo, consigo  sumergirme en la trama buscando pistas, descubriendo signos, poniéndome en la piel de los personajes. Cuando termina logro quedarme con una sensación al final de la historia. Esta vez ha sido fuerte.

Tengo veintidós, soy de esas personas extremadamente sensibles y ciclotímicas, no creo que exista relación entre ambas condiciones, pero si me preguntan diría que prefiero a Sísifo en lugar de Hércules.  No voy a salvar al mundo, probablemente tampoco cambie ninguna vida, de hecho sueño constantemente habitar una cabaña en medio del bosque, lejos de las personas. Esa absurda idea se traduce ahora en el encierro voluntario dentro de una habitación alquilada para jóvenes estudiantes o para gente taciturna, aunque el segundo requisito no estaba mencionado en el anuncio del alquiler, encajo perfectamente con ambas descripciones.

 No diré que la gente me molesta, a veces parece resultar  más bien al revés, creo que  soy una criatura perturbadora. El otro día me sorprendí sosteniendo una mirada  muy fuerte a un amigo de mi hermana que acababan de presentarme y quien charlaba animadamente conmigo, era un tipo alegre y simpático a primera impresión, tal vez solo buscaba leer sus expresiones prestándole excesiva atención a sus movimientos y parece que lo asusté un poco. Las personas evitan enfrentarse a mis ojos y si lo hacen, generalmente tienden a bajar la mirada a los pocos segundos. No soy horrible. Si a los ochenta años mi mujer perdiera el movimiento de la mitad de su cuerpo, no haría lo mismo que el protagonista de esta tarde. Cuidaría de ella y trataría de hacerle menos insoportable la existencia. Me pregunto si dado el caso, ella estuviera dispuesta a hacer lo mismo  o de lo contrario, se vería en la disyuntiva de ayudarme a morir convirtiéndose en una asesina o se sacrificaría por mí hasta el último momento.  Ya no creeré en las personas. A veces solo basta una sensación tan intensa como la de ahora para darse cuenta que somos al mismo tiempo completamente vulnerables y crueles.


Otra vez está a punto de amanecer. Ese sabor de nostalgia sigue intacto y es agobiante.

lunes, 12 de agosto de 2013

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EL GAUCHO INSUFRIBLE: Roberto Bolaño


Roberto Bolaño Ávalos nació en Santiago de Chile en 1953. Abandonó el colegio y nunca terminó sus estudios pero comenzó a leer y escribir vorazmente desde temprana edad. En 1976 funda con algunos amigos de la vida bohemia el movimiento infrarrealista de la poesía mexicana. Recogió la influencia literaria de Borges y de Cortázar
Obtuvo el Premio Herralde en 1998 por su novela Los detectives salvajes,  un año después merece el Premio Rómulo Gallegos.
Entre la obra de Bolaño figuran ensayos, discursos literarios, cuentos, poesía y novelas muy celebradas como Los detectives salvajes (1998) y 2666 además es autor de  La senda de los elefantes (1999), Estrella distante  (1996), Nocturno de Chile (2000), entre otras.
Falleció en Barcelona en 2003.

El gaucho insufrible —obra póstuma que salió a la luz el mismo año del fallecimiento de Bolaño— es una colección de cinco cuentos y dos conferencias.
El cuento que da título al libro presenta de nuevo el tópico de la civilización y la barbarie. Héctor Pereda, el protagonista, es un abogado honesto y  un padre ejemplar. Enviuda y años después sus hijos salen del hogar paterno tras sus propios intereses.  Pereda se jubila y casi al mismo tiempo la crisis económica llega a Buenos Aires y él se ve obligado a partir al campo procurando una vida más tranquila lejos del bullicio de una ciudad en decadencia. En el campo se adapta rápidamente y aunque al principio conserva sus modales y maneras de intelectual, pronto se abandona al estilo de vida gauchesca —transformada por los tiempos modernos y donde la defensa del honor ya no es motivo de pelea—  luego  adquiere la simpleza y practicidad de los  asuntos cotidianos en la pampa montado en José Bianco, su caballo. 
Un día recibe la visita de su antigua cocinera de la ciudad, quien se sorprende al encontrarlo en un estado tan diferente al esperado de un hombre urbano. La figura de esta mujer es resaltante ya que asume el papel maternal y trata de poner en orden la vida de Pereda, poco después la mujer desiste y decide regresar  a Buenos Aires aludiendo la obvia imposibilidad de vivir lejos de la metrópoli. Antes de partir,  mientras le cuenta  a su ex empleador  cómo se solucionan las circunstancias de la crisis en la civilización, Héctor Pereda se distrae y mira por la ventana con mayor interés a unos conejos que se perdían por el campo. Así queda demostrado que el espacio rural ha transformado a un hombre y le ha devuelto su naturaleza salvaje.
Tiempo después recibe la visita de su hijo escritor y sus amigos poetas, uno de ellos es mordido por una serpiente y este hecho ahuyenta a los jóvenes que regresan casi de inmediato a la ciudad.  Días después una doctora y un enfermero arriban a Álamo Negro, estas personas que representan a la ciencia llegan para entregar medicamentos y vacunar a los niños, cumplida la misión se marchan horrorizados, puede que por el estado de las cosas en aquel lugar tan diferente a la urbe.
Más tarde Pereda recibe una carta de su hijo quien le pide que vaya a Buenos Aires para terminar los trámites de la venta de su antigua casa, la duda con la que se va a dormir el abogado es acerca de cómo llegará a la ciudad: debe escoger entre tomar un tren o viajar en caballo. Esta situación resulta risible pero también comunica la intención de Bolaño al constatar la transformación de un hombre que ha llegado de la civilización  a la barbarie y ha preferido la simpleza de la última que le ha otorgado una felicidad fácil.
Cuando llega a Buenos Aires y sale de su deshabitada y antigua propiedad en busca de comida, se para frente a un café dentro del que está su hijo, quien no se da cuenta de que Pereda lo está viendo, luego observa las demás mesas y se detiene en una  donde un hombre de presumibles sesenta años, vestido como joven y esnifando cocaína, sostiene una conversación sobre literatura. El cruce de miradas enfrenta a dos hombres distintos, uno casi convertido en un gaucho y sujeto de la barbarie;  el otro, un intelectual protagonista de la ciudad. En un instante el viejo vestido de joven  sale del local y le propina un golpe que instintivamente genera que Héctor Pereda le clave  en la ingle un cuchillo, herramienta inherente al hombre de la pampa. Pereda abandona el escenario y cavila entre quedarse en una ciudad que ya le resulta muy ajena y para nada familiar o entre  la pampa, tierra que le promete ser el escenario de una vida  provechosa para sí y para los gauchos entre los cuales ya se confunde.
Roberto Bolaño presenta en este cuento el desencanto de la vida citadina de Latinoamérica tomando a  Buenos Aires en tiempos de crisis social, política y económica pero también nos muestra la figura transformada de un gaucho muy diferente a la que nos revela Domingo Faustino Sarmiento, en una pampa fantasmagórica habitada por conejos que contrasta con la de Facundo que también nos muestra que la naturaleza ha sido transformada drásticamente por la mano del hombre con afanes imperialistas y tecnocráticos.

Además de El policía de las ratas y   El Gaucho insufrible, en esta colección, no resalta ningún otro cuento. Por otro lado,  si bien la prosa de Bolaño no es difícil,  excepto en dos casos,  solamente  la estructura de sus relatos salva el argumento de los mismos, que tras una primera lectura no generan mayor comentario.




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AURA: Carlos Fuentes



Carlos Fuentes Macías nació en Panamá en 1928. Por ser hijo de un diplomático, vivió  esporádicamente en muchas capitales latinoamericanas. En México se graduó  en Derecho y en Ginebra, en Economía. Fue embajador de su país en Francia y se desempeñó como docente en prestigiosas universidades americanas durante la década del setenta, donde luego fue nombrado como Doctor honoris causa.  Además era colaborador de revistas y periódicos y escribió guiones de cine para adaptar libros como Pedro Páramo.
En 1977 recibió el Premio Rómulo Gallegos, en 1987, el Cervantes, en 1994, el Príncipe de Asturias. También fue nombrado por la Academia Mexicana de la Lengua como miembro honorario.
Falleció en México en 2012. En honor a esta estrella del firmamento de artistas se creó el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español.
Carlos Fuentes es autor de novelas como: La región más transparente (1959), Las buenas conciencias (1959), La muerte de Artemio Cruz (1962), Aura (1962), Zona Sagrada (1967), Cambio de piel (1967), Cumpleaños (1969), Terranostra (1975), La cabeza de la hidra (1978) Instinto de Inez (2001), Federico en su balcón (2012), entre otras.
Entre sus colecciones de cuentos resaltan: Los días enmascarados (1954), Cantar de ciegos (1964), Agua quemada (1983), El Naranjo (1994), La frontera de cristal. Una novela en nueve cuentos (1995), Carolina Grau (2010).
Escribió también ensayos, obras de teatro y libretos de ópera.

El tercer enunciado del epígrafe tomado de Jules Michelet, usado en Aura —novela clave dentro del boom latinoamericano resume la novela de Carlos Fuentes: Los dioses son como los hombres: nacen y mueren sobre el pecho de una mujer.  Así es como el personaje de Felipe Montero nace y muere sobre el pecho de Aura y de Consuelo Llorente, cegado por la pasión y víctima de la intriga que ha preparado la anciana moribunda,  el joven asustado deja de ser Felipe Montero para convertirse en el general Llorente, esposo de la misteriosa anciana de ojos verdes.
Se trata de dos mujeres que resultan ser diferentes caras de una misma moneda.  Consuelo, la anciana  enferma de más de cien años frente a Aura, la joven que irradia belleza a través de sus ojos tan verdes e inmortales como los de su tía. Consuelo, obsesionada con los rituales y con publicar las memorias de su difunto esposo, Aura sumisa a la voluntad de la anciana que parece manipularla.  Montero percibe movimientos similares en ambas mujeres pero solo puede sospechar que Aura no es libre  y la intenta rescatar pero luego queda prisionero como ella,  en esa casa lúgubre que habla de muerte y recuerdos de difuntos.
Cecilia Eudave, escritora y ensayista mexicana,  en un artículo titulado Simbolismo y ritualidad en Aura, plantea la existencia de elementos simbólicos en esta novela. En primer lugar habla de la casa de la anciana que representa  un útero, en el cual ha sido concebida mágicamente  la bella Aura pero también es un útero que recibe al joven Montero y lo mantiene alejado del exterior, como se ejemplifica cuando Consuelo prohíbe la salida del historiador a la calle ya que todo lo que necesita para trabajar lo encontrará en ese edificio con rasgos de los castillos que describe Poe.  El hecho de que Felipe llegue a esa casa tenebrosa es representado con el verbo penetrar, que alude simbólicamente el ingreso del órgano masculino en la cavidad oscura  del cuerpo de la mujer, es decir a  la casa habitada por esas damas misteriosas.  
Esa casa también podría representar la figura de la madre, que recuerda más bien un pasado feliz que Consuelo quiere preservar alejando la luz de la realidad de sus viejas paredes. De este modo aunque no se trate de una estancia acogedora, es un lugar seguro donde Felipe se instala como si conociera esas habitaciones, como si fueran suyas la cama y la almohada donde duerme.  Esta alusión nos hace pensar en el Edipo de Freud, donde el niño ansía el seno simbólico y real de la madre, así pues Felipe busca a esa madre en la figura de Aura, a quien jura amor eterno, pero quien finalmente desaparece en el cuerpo mortecino de la anciana Consuelo.
El nombre de Aura no deja de ser otro simbolismo que puede relacionarse con ese espectro luminoso que proyecta un ser divino. En este caso la joven es la proyección de Consuelo y la luz final que percibe el bebé cuando sale por la vagina de la madre, de esta manera a través de Aura, a quien Montero se une en un acto sexual presenciado por Consuelo, nace la reencarnación del general Llorente.
Como señala Cecilia Eudave, los animales en esta novela no han sido escogidos al azar.  Por ejemplo la aldaba  en forma de perro —animal que en algunas culturas vigila la entrada al mundo de los muertos— Saga, la coneja que alude a la renovación y a la vitalidad; los gatos relacionados desde siempre con la brujería y el chivo que descuartiza Aura en la cocina, hecho que asusta a Felipe quien percibe peligro tal vez por pensarse a sí mismo como la víctima que la anciana va a sacrificar.
Carlos Fuentes, como escritor del boom latinoamericano y como representante del realismo mágico nos ha dejado en Aura, una novela que se reinventa constantemente —como el joven Felipe Montero— a través de diferentes lecturas que proporcionan un entrelineado por descubrir.


Bibliografía
Eudave, Cecilia. Simbolismo y ritualidad en la novela Aura de Carlos Fuentes. 2001
Fuentes, Carlos. Aura.  Biblioteca Era, México 2001



CRÍTICA DE CINE: GUERRA MUNDIAL Z

ANÁLISIS DEL DISCURSO EN GUERRA MUNDIAL Z 

En el presente trabajo se analizará el discurso racista en Guerra mundial Z,  película estadounidense dirigida por Marc Forster.  
Según la definición de  Michael Meyers y Ruth Wodak en Métodos de  Análisis crítico del discurso,  esta interdisciplina estudia la relación entre el lenguaje y el poder en un contexto social, en este sentido, el análisis discursivo de Guerra mundial Z  permitirá ejemplificar la manera en que ciertas películas norteamericanas utilizan el lenguaje en el cine como medio de dominación ideológica y social.
En la escuela europea de análisis del discurso,  mediante el modelo marxista de la Escuela de Frankfurt, se sustenta que los medios de comunicación masiva dentro del sistema capitalista dominan a las clases obreras a través del prestigio de la tecnología y del consumismo, como es claro en Guerra mundial Z, por las alusiones a productos como la gaseosa Pepsi.
Por otro lado el marxismo francés defiende que los medios de comunicación son aparatos ideológicos del Estado que influyen en las masas a través de un dominio cultural en el que la realidad es vista desde una  perspectiva única y sesgada, de esta manera, tomando como motivo de análisis Guerra mundial Z, —que puede considerarse como un producto alterno de los medios de comunicación ya que el público accede a él fácilmente, además de ser un producto cultural que refleja el momento en que vive la humanidad— podemos darnos cuenta que el cine norteamericano disfraza un discurso racista, sexista e imperialista que se lee entrelíneas en películas que son predestinadas a un gran éxito en la taquilla mundial ya sea por la temática que abordan como por los actores que participan en ellas, en este caso los zombis y Brad Pitt aseguran una numerosa audiencia en las salas de cine.

Caracterización del plano discursivo:
Es pertinente aplicar un breve análisis narratológico a esta película.
En primer lugar la perspectiva que nos muestra la pantalla proviene del focalizador  personaje que es Gerry Lane. La fábula en Guerra mundial Z está constituida por la invasión zombi que provoca la destrucción de varias naciones y suscita el viaje del protagonista para encontrar una solución al problema. Los criterios de cambio, elección y confrontación se ejemplifican en la alteración del orden por un inminente apocalipsis zombi,  la decisión del protagonista de luchar contra la amenaza y el enfrentamiento entre los seres humanos y los muertos vivientes.  El ciclo narrativo se determina por una posibilidad que es sufrir la destrucción mundial o luchar contra los zombis, un acontecimiento, el viaje del héroe para encontrar la solución y el resultado que es el hallazgo de la respuesta que frenará la propagación de la epidemia.  El sujeto lo representa Gerry Lane, el héroe;  el objeto es la búsqueda de un recurso que detenga a los zombis; el dador son personas claves que le dan al héroe cierta información sobre los muertos vivientes;  el receptor es nuevamente Gerry Lane.
Dentro de la historia encontramos desviaciones anacrónicas evocadas en la mente del protagonista. En cuanto al ritmo, se producen elipsis, deceleraciones y pausas, especialmente en las escenas finales.

 Análisis de la estructura y caracterización del corpus:
Guerra mundial Z, adaptación de la novela homónima de Max Brooks,  es una película que ofrece el espectáculo apocalíptico que tanto reclama el público. En primer lugar disfraza el proceso de deterioro medioambiental con la excusa de una amenaza  zombi, para dar a entender que el consumismo  no tiene nada que ver con el cambio climático o la contaminación de mares y extinción de especies en los cinco continentes como se sugiere en las primeras imágenes del film.
A continuación se hace propaganda al sueño y estilo de vida americano cuando una familia estereotipada, conformada por un matrimonio joven con dos hijas, se reúne frente al televisor para comenzar el día con el típico desayuno de hot cakes. Luego comienza el caos  en una avenida de Filadelfia donde varios zombis atacan a las personas mordiéndolas y  convirtiéndolas en muertos vivientes. La familia encabezada por Gerry Lane, el héroe de la película, logra escapar en una camioneta, una de las niñas le entrega un rifle a su padre, esto defiende el derecho  a portar armas en los Estados Unidos, a pesar de los últimos casos de  niños y jóvenes que asesinan con armas que tienen en casa al alcance de la mano.
 Gerry recibe una llamada  para unirse al equipo que pretende controlar la amenaza zombi, según Propp, esto se considera como la función de mediación en la que el héroe es obligado a aceptar la misión viendo el peligro que corre su familia y su país.
Antes de aceptar van a un supermercado y se unen al saqueo de provisiones. Un policía negro que presencia el momento en que Gerry dispara a un hombre que atacaba a Karen, su esposa, no lo detiene sino que llena desesperadamente una bolsa con alimentos. Esta es la primera muestra de racismo en que  se defiende la violencia y en que un policía de color roba.
Para ponerse a salvo Gerry conduce a su familia un edificio, irrumpen en la casa de unos brasileños que  se niegan a escapar de la inminente invasión de los departamentos por los zombis, esta es otra muestra de exacerbación racial ya que luego estos inmigrantes son los primeros no estadounidenses en ser atacados sangrientamente frente a la cámara, Gerry solo salva a Tomás, el hijo de los brasileños que habla inglés y aborda un helicóptero que los lleva a un buque de la ONU para refugiados.
En el buque, Gerry recibe la misión de ir con un grupo de investigadores a buscar el origen del virus zombi  en Corea del Sur, él se niega pero luego debe aceptar, así se ejemplifican las funciones de aceptación y partida del héroe.
Curiosamente en la actualidad Corea del Sur se incluye en la lista de potencias mundiales, el hecho de que en la película el virus que destruye a la humanidad provenga de oriente es polémico ya que parece insinuar que uno de los países económica y tecnológicamente más desarrollado debe ser atacado por  Estados Unidos  para  salvaguardar a las demás naciones, esto puede enunciarse como la guerra de Estados Unidos contra el resto del mundo.
Además del racismo, esta película también ilustra sexismo, por ejemplo cuando Karen, preocupada por que su esposo Gerry no contesta sus llamadas, marca al  celular  en plena misión y provoca la muerte de muchos soldados pues los zombis son muy sensibles al sonido.
Fracasada la misión en Corea del Sur, Gerry parte a  Israel, país cuyas murallas logran detener momentáneamente la amenaza de los muertos vivientes. Aquí se muestra la función de información en la que el héroe adquiere conocimiento que usará para vencer al  adversario, además se reflejan las funciones de viaje, prueba y desplazamiento en que el héroe parte en busca de algo que pueda detener la pandemia.
La siguiente muestra de racismo sucede cuando el protagonista arriba a Jerusalén en busca de información para detener la amenaza de los muertos vivientes y se da cuenta que dentro de las murallas construidas para proteger a la población, grupos  de judíos, cristianos e islamistas comienzan a expresar su fe con oraciones, bailes y cantos, es entonces cuando por esta manifestación religiosa los zombis trepan los muros y comienzan una masacre donde mueren cruelmente muchas personas que hacían uso de su libertad de culto, nuevamente Estados Unidos aplasta simbólicamente no solo a un país sino a varias culturas con sus monstruos cliché.  
Lógicamente Gerry Lane se salva escapando en un avión —lleno de turistas de varias razas que luego también mueren brutalmente— no sin antes percatarse que los zombis no atacan a los ancianos ni a los enfermos, de esta manera se descarta de pirámide social a individuos que ya no son útiles para el sistema.
Una mujer soldado, de apariencia andrógina,  que escolta a Lane es mordida y para evitar su transformación se mutila una mano, esto puede simbolizar que la mujer debe adquirir ciertas características masculinas para insertarse en un mundo machista de lo contrario deberá quedarse en casa cuidando a los niños y esperando que el marido solucione sus problemas, como hace Karen con sus hijas.
La escena del avión también es recurrente en varias películas americanas, el pánico y la muerte de todos los tripulantes no hacen más que repetir argumentos antiguos. La solución de Lane es lanzar a los pasajeros convertidos en muertos vivientes, una granada, arma favorita de muchas películas de acción que acaba rápidamente con el enemigo. Después del accidentado aterrizaje Gerry  se da cuenta que es mortalmente atravesado por una vara de fierro pero siendo un superhombre norteamericano sobrevive junto con la soldado, ambos llegan a un centro de investigación de la OMS donde esperan encontrar la cura para  la infección de los zombis.
La solución es trágica, Gerry descubre que solo  infectando  a la gente  con enfermedades mortales se evitará la propagación de los zombis, esto nos hace pensar en una guerra microbiológica impulsada por Estados Unidos ante cualquier amenaza que provenga de otros países.
Para conseguir los virus mortales Lane, la soldado y un miembro de la OMS —todos de raza blanca, contrastando con una zombi de color que está encerrada en una cámara, alusión al apartheid— deben atravesar el edificio de un lado al otro, en el que están las muestras virales, para esto se arman con un hacha y un bate de beisbol, instrumento estereotipado y chauvinista que de paso hace propaganda a este deporte que caracteriza a Norteamérica. A partir de aquí la gaseosa Pepsi cobra protagonismo en la película.
La soldado, sabiendo que cualquier ruido fuerte despertará a los zombis de su letargo, le dispara a uno y desencadena un nuevo ataque, nuevamente la  torpeza de la mujer no puede pasar desapercibida. 
Otra función de combate se demuestra cuando Gerry lucha cuerpo a cuerpo con varios muertos vivientes, luego el héroe queda marcado inyectándose un virus letal que lo hace inmune al ataque de los zombis. A continuación Gerry Lane pasa desapercibido en medio de los monstruos, bebe una Pepsi de una máquina de refrescos  y hace que los zombis corran hacia las latas de gaseosa atraídos por  el ruido, estimulando inconscientemente a los espectadores a preferir esta bebida.
Finalmente el héroe que ha cumplido su misión puede volver con su familia, el reencuentro es su recompensa.
Gracias la Gerry, Estados Unidos difunde el polémico antídoto a varios países, otros, reacios a esta solución hallan métodos más destructivos como la incineración o exterminio masivo de los zombis con armas de fuego. En las últimas escenas se insinúa que Estados Unidos ha vencido sobre el resto del mundo encontrando la respuesta a la amenaza.

Análisis del discurso racista:
El racismo  se define dentro del esquema estructural de relaciones de poder históricas, socioeconómicas y culturales, como en la película. Se sabe que debido al auge cultural y económico en países como Estados unidos, se favorece el dominio de una raza sobre otras, de una cultura sobre otras, rasgos ya caracterizados en Guerra mundial Z.
Julieta Haidar menciona condiciones para la producción, circulación y recepción del discurso. Dentro de las condiciones de producción, la sociedad es la encargada de producir un discurso controlado y dirigido, en este caso la industria capitalista hollywoodense, produce enunciados racistas y sexistas en varias de sus películas, como  se ha demostrado en Guerra mundial Z.  En cuanto a los procedimientos con los cuales surge el discurso, la ritualización del habla está determinada por frases y humor norteamericano estereotipados que son recurrentes en las películas norteamericanas, al mismo tiempo se defiende el liberalismo como doctrina religiosa, política y filosófica contra cualquier otro credo. Al hacer uso de argumentos y escenas repetidas con las cuales se construyen los films más taquilleros,   como queda demostrado en Guerra mundial Z,  se tocan temas como la situación de los inmigrantes, las relaciones económicas con potencias mundiales, el apartheid y el imperialismo estadounidense.
En cuanto a la formación social, Hollywood, que representa el capitalismo, puede considerarse como esa sociedad que produce discursos racistas  proyectados al resto del mundo a través de sus productos cinematográficos. La ideología se representa a través del liberalismo y la identidad norteamericana a la que se alude en Guerra mundial Z, con ejemplos ya descritos como el deporte y la comida que caracterizan a este país.
En cuanto a la relación discurso-coyuntura, es fácil producir y fijar en el público ese tipo de discursos sobretodo en películas superficiales y fáciles de seguir,  donde más que la trama, lo que queda en el subconsciente del público son esas imágenes que transmiten mensajes racistas y persuaden a la compra o preferencia de tal o cual producto.
Según Haidar, en el discurso la materialidad predominante es la estético retórica, en este caso se usarán escenas que trasmiten la preponderancia del liberalismo y el imperialismo norteamericanos frente a otras naciones que son subordinadas culturalmente.
El objeto discursivo que utiliza Hollywood es entrelazar argumentos —por medio de mecanismos de enmascaramiento— que giren en torno a la destrucción del mundo con escenas de carácter racista, sexista o simplemente chauvinista. Las funciones discursivas son tomadas del lenguaje oral y audiovisual. Los aparatos ideológicos son el liberalismo y el imperialismo. El público que asiste a la proyección de la película participa como sujeto discursivo así como los sujetos ideológicos, sociales y culturales son representados por los protagonistas y héroes de estas películas.
Finalmente, las macro operaciones discursivas  como la argumentación, narración y demostración han sido ya analizadas líneas arriba.
Asimismo el análisis crítico del discurso permite estudiar situaciones sociales como la marginación y exclusión social, en este caso, ejemplificadas en la película.

Conclusiones:
El análisis del discurso sirve para llevar a la práctica el lenguaje en los procesos sociales, en el caso de la aplicación del análisis discursivo a películas, se pudo descubrir cómo es que se enmascaran diversos mensajes que operan como mecanismos de poder sobre los espectadores ya sea por medio de escenas o alusiones a problemas sociales, culturales, económicos y sobretodo a través de mecanismos de persuasión que influyen en la preferencia del espectador hacia determinado producto.
Guerra mundial Z, es una película llena de estereotipos, violencia y mensajes racistas que defienden el imperialismo estadounidense, por lo tanto  sirve de ejemplo para demostrar como funciona el mecanismo hegemónico que promueve Hollywood en films que están destinados a convocar a miles de espectadores a las salas de cine.

Bibliografía
Bal, Mieke. (1995). Teoría de la narrativa, Cátedra, España.
Díaz, Willard. (2008). Análisis del discurso aplicado a algunos medios de comunicación masiva en la ciudad de Arequipa, Tesis de Maestría.  Arequipa.
Van Dijk, Teun A.  (1991). Racismo y análisis crítico de los medios,  Paidós,  España.
Wodak , Ruth y Meyer, Michael (2003). Métodos de análisis crítico del discurso, Gedisa, España.

Otros:
Haidar, Julieta:  Análisis del discurso.

Inñiguez, Lupicinio. Capítulo III: El análisis del discurso en las ciencias sociales.

CARTA PARA VOLVERNOS A VER: Gonzalo Rojas

Gonzalo Rojas Pizarro nació en la provincia de Lebu en 1916, fue uno de los mayores exponentes de la poesía chilena durante el pasado siglo. Este académico y galardonado poeta formó parte de la Generación de 1938, movimiento artístico y literario que retrató la decadencia social de Chile en aquella época. Mereció entre otros,  el Premio Nacional de Literatura y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana  en 1992, además se le otorgó el Premio Cervantes en 2003.  Gonzalo Rojas falleció en su país natal a los noventa y cuatro años. 
Su obra poética es extensa, pero el siguiente poema, que ha sido escogido casi al azar, será la excusa para esbozar un breve análisis.
Carta para volvernos a ver

Escrita en el mar, el 25-X-58, entre las 2 y las 5 de la mañana, a bordo del "Laennec", 
Navifrance, por la ruta del Atlántico norte. No publicada hasta la fecha.

Lo feo fue quererte, mi Fea, conociendo cuánta víbora
era tu sangre, lo monstruoso
fue oler amor debajo de tu olorcillo a hiena, y olvidar
que eras bestia, y no a besos sino a cruel mordedura
te hubiera, en pocos meses, lo vicioso y confuso
descuerado, y te hubiera en la mujer más bella ¡por Safo! convertido.

El título del poema nos indica desde el principio que el yo poético se dirige a un destinatario, en este caso a la mujer amada. El lugar de enunciación separa dos realidades: el cielo y el mar.
En esta estrofa encontramos la primera contradicción que se desarrollará luego a lo largo del poema: mi Fea-la mujer más bella.  El poeta asocia la fealdad con la maldad y la belleza con la virtud. Al principio figura de la mujer  se construye con imágenes de animales como la víbora y la hiena,  que sugieren la idea de la muerte.  Por otro lado, la mención de la poetisa Safo de Mitilene, nos recuerda el amor erótico que se desliza tras los primeros versos.  Entonces se sugiere una mujer fatal, sensual y sobretodo repulsiva.   

Porque, vistas las cosas desde el mar, en el frío de la noche oceánica
y encima de este barco de lujo, con mujeres francesas y espumosas,
y mucha danza, y todo, no hay ninguna
cuyo animal, oh Equívoca, tenga más desenfreno en su fulgor
antes de ti, después de ti.

Asocia  la figura de la mujer con elementos festivos como el baile y la bebida,  al mismo tiempo sigue con la primera contradicción y muestra que su amada, antes llamada víbora,  puede ser vista, bajo el velo del pasión, como un ser de luz: no hay ninguna cuyo animal, oh Equívoca, tenga más desenfreno en su fulgor antes de ti, después de ti.  La concepción de la mujer va cambiando y ese fulgor al que alude puede ser de doble significación, uno que relacionaría la idea de virtud y otra que refiere a la fuerza sexual que proyecta esta mujer.

No hay ojos verdes
que se parezcan tanto a la ignominia.
Ignominia es tu sangre, Burguesilla: lo turbio que te azota por dentro,
                remolino viscoso de miedo y de lujuria, corrupción
de todo lo materno que es la mujer. ¡Acuérdate, Malparida, de aquella pesadilla!
No hay trampa que te valga cuando tiritas y entras al gran baile del muro
donde se te aparecen de golpe los pedazos de la muerte.

Cuando relaciona ignominia y maternidad, retoma la anterior dicotomía, en primer lugar la vergüenza que ostenta el ser de ojos verdes, como consecuencia de la lujuria y corrupción, productos de la sexualidad natural de la que despoja a la mujer  que se sublima cuando deja de ser hembra para ser madre. El enunciador introduce ahora la idea del sexo con la muerte de la mujer casta que desaparece para dar lugar a la lasciva: No hay trampa que te valga cuando tiritas y entras al gran baile del muro donde se te aparecen de golpe los pedazos de la muerte.  Esta idea se refuerza cuando habla de la muerte metafórica que hace del cuerpo femenino un cadáver que produce niños muertos. En  esta estrofa aparece la idea de frustración del hombre que reclama descendencia cuando llama ramera a quien no pudo ser madre.

No te perdono, entiéndeme, porque no me perdono, porque el mar
-por hermoso que sea- no perdona al cadáver: lo rechaza y lo arroja 
                                                                                                             como inútil estiércol.
Muerta estás y aun entonces, cuando dormí contigo, dormí con una máquina
de parir muertos.
Nadie podrá lavar mi boca sino el áspero océano,
Mujer y No-mujer, de tu beso vicioso.
Lástima de hermosura. Si hoy te falta de madre justo lo que te sobra 
                         de ramera
y de sábana en sábana, desnuda, vas riendo
y sin embargo empiezas a llorar en lo oscuro cuando no te oye nadie,
es posible, es posible que descubras tu estrella por el viejo ejercicio
del amor, es posible que tanta espuma inútil
pierda su liviandad, se integre en la corriente, vuelva al coro del Ritmo.

En la siguiente  estrofa el Ritmo, lo armonioso y equilibrado, es asociado con el océano que sugiere mejor la idea de sexualidad, flujo y desplazamiento que tal vez justifique el enfrentar el cielo y el mar, y no el cielo y la tierra, ya que el movimiento constante de las olas representa con mayor precisión el movimiento de los cuerpos antes de la cópula y deslinda la idea de quietud que se relaciona lo terrestre.

Tal vez el largo oleaje de esta carta te aburra, todo este aire solemne,
pero el Ritmo ha de ser océano profundo
que al hombre y la mujer amarra y desamarra
nadie sabe por qué y, es curioso, yo mismo
no sé por qué te escribo con esta mano, y toco
tu rara desnudez terrible todavía.

No hablemos ya de mayo ni de junio, ni hablemos
del gran mes, mi Amorosa, que construyó en diamante tu figura
de amada y sobreamada, por encima del cielo, en el volcán
de aquel Chillán de Chile que vivimos los dos, y eternizamos,
silenciosos, seguros de ser uno en el vuelo.

Es curioso el cambio del nombre de la mujer  que pasa a ser  Amorosa, antes Ignominiosa, antes Equívoca, es decir a medida que el yo poético encuentra y disfruta la fuerza sexual del ser a quien antes llamó bestia y luego  denomina sobreamada, con esto se puede inferir que la mujer sufre una transformación para el amante, pues aunque no puede ya purificarse por su condición de no mujer madre, es la sensualidad la que dota de belleza a un ser antes horrible.  El volcán nuevamente refuerza la idea de asociar elementos de la naturaleza con la libido.

No. Bajemos de ahí, mi Sangrienta, y entremos al agosto mortuorio:
crucemos los horribles pasadizos
de tus vacilaciones, volvamos al teléfono
que aún estará sonando. Volemos en aviones a salvar
los restos de Algo, de Alguien que va a morir, mi Dios, descuartizado.

En estos versos se redunda en la separación de las dos realidades lo de arriba y lo de abajo, el enunciador  atrae a la amada, que está abajo, al lugar del amante, es decir a lo elevado. También esta mujer es llamada Sangrienta a propósito de la siguiente estrofa donde se nota el reclamo del hombre tanto a la mujer —que perdió o quiso perder al fruto de su vientre— como a Dios por haberlo permitido, así  ejemplifica que el ser humano busca hacer responsable a Dios por sus propias faltas.

Digamos bien las cosas. No es justo que metamos a ningún Dios en esto.
Cínicos y quirúrgicos, los dos, los dos mentimos.
Tú, la más Partidaria de la Verdad, negaste la vida hasta sangrar
contra la Especie (¿Es mucho cinco mil cuatrocientas criaturas por hora...?)
Los dos, los dos cortamos las primeras, las finas
raíces sigilosas del que quiso venir
a vemos, y a besamos, y a juntamos en uno.

En estos versos el amante se señala cómplice de la muerte de los hijos a quienes la amada negó la vida hasta sangrar.

Miro el abismo al fondo de este espejo quebrado, me adelanto a lo efímero
de tus días rientes y otra vez no eres nada
sino un color difícil de mujer vuelta al polvo
de la vejez. Adiós. Hueca irás. Vivirás
de lo que fuiste un día quemada por el rayo del vidente.
Mortal contradictorio: cierro esta carta aquí,
este jueves atlántico, sin Júpiter ni estrella.
No estás. No estoy. No estamos. Somos, y nada más.
Y océano,
              y océano,
                           y únicamente océano.

En la despedida  de la carta, el enunciador condena a su amada y pronostica la soledad para esa mujer que se negó a ser madre.

La figura femenina en este poema de Gonzalo Rojas se construye desde varias perspectivas: la primera es la belleza, luego está la pureza  y finalmente la maternidad. En este caso la amada  carece de las tres virtudes y el poeta reniega de la condición de esta mujer, le reclama la fealdad de su cuerpo,  de su espíritu y la acusa de infértil. 

Así el poeta chileno  ofrece en este poema una demostración de cómo el cuerpo de la mujer se convierte en un objeto para el hombre,  quien al no  obtener de este ninguna satisfacción, lo desechará  despojándolo de su valor.  Este poema resulta un llamado de atención para reflexionar acerca de la materialización del cuerpo ya que esta concepción cada vez está más arraigada en los medios de comunicación y por lo tanto en la sociedad que continúa en un lamentable e irrefrenable proceso de deshumanización.