jueves, 19 de septiembre de 2013

LA CARTA ROBADA

EDGAR ALLAN POE

Escritor norteamericano y maestro del cuento fantástico moderno,  nació en 1809 en Boston. Fue un precursor del relato detectivesco en Estados Unidos, su obra influyó  más tarde en la producción literaria de Baudelaire, Dostoyevski, Faulkner, Kafka, Lovecraft, Borges, Cortázar, entre otros.
Dejó  como legado no solo sus obras sino su estilo. Edgar Allan Poe ha marcado un hito en la historia de la Literatura universal y del arte en general pues hasta la fecha la mención de su nombre no solo se relaciona con sus relatos de terror  sino también con adaptaciones cinematográficas y  teatrales de su obra, con pintura y música que ha recogido la influencia de este popular escritor sobre el que nunca se acabarán los temas de debate. 
Es autor de cuentos de terror,  metafísicos, grotescos, sobrenaturales, analíticos agrupados en Cuentos de lo grotesco y arabesco y en la recopilación  Historias extraordinarias  a cargo de  Baudelaire. La narración de Arthur Gordon Pym fue su única novela publicada.
Poe también se dedicó al ensayo, Eureka es una recopilación de sus trabajos monográficos sobre cosmología. Por otro lado su poesía se encuentra en Tamerlan y otros poemas, su primera publicación.
Falleció en 1849 a los cuarenta años en Baltimore.
Jacques Lacan se encarga de desentramar el cuento La carta robada, proponiendo dos únicas escenas, llama a la primera escena primitiva y afirma que la segunda es su repetición.
En la escena primitiva, que transcurre en la habitación real donde la reina recibe una carta comprometedora y esconde su nerviosismo ante el ingreso del soberano colocando la carta al revés de modo que no se viera su contenido, todo esto ante los ojos del ministro, quien se da cuenta y cambia una carta suya sin importancia con la carta real ante los ojos del rey, que no se da cuenta de nada y de la reina que nada puede hacer.
La segunda escena sucede en el despacho del ministro. Dupin que ha planeado el modo de adueñarse de la carta,  después de observar  que se encuentra en un tarjetero a la vista de todos,  olvida a propósito una tabaquera y regresa al día siguiente para cambiar la carta real por una copia que él ha elaborado.
Así, Lacan ordena las dos escenas compuestas de tres lugares, con tres sujetos en tres posiciones diferentes. En la escena primitiva se encuentran: el rey, que no ve la carta ni como es escondida; la reina, que percibe que el rey no ve lo que sucede; y el ministro que lo percibe todo. En la segunda, el prefecto, que no se da cuenta de la estrategia de esconder la carta a la vista de todos; el ministro, y Dupin que percibe que el ministro no sabe que él ya descubrió su “escondite”.
El resultado de estas dos escenas es que la carta es robada dos veces  sin que su poseedor se de cuenta. Lacan afirma que la carta determina el destino de los demás personajes y que actúa como un sujeto dentro del cuento ya que quien la posea ejercerá poder sobre los demás pero también asumirá las consecuencias del adueñarse de ella.
Oscar Masotta en Introducción a la lectura de Jacques Lacan,  introduce la noción freudiana de ‘padre’ asignando al rey este significado, luego la reina sería la  ‘madre’ y el ministro, el trasgresor de la ley con la que es investido este ‘rey-padre’ que aunque no se de cuenta, posee el destino, al igual que la carta, de todos los demás.
Además, apunta Masotta, que según Lacan el ministro sufre un proceso de feminización por el hecho de doblar la carta como se haría con los pliegues de un vestido, por crear una fachada con una actitud de aburrimiento cuando recibe la visita de Dupin al igual que la reina simuló que nada sucedía al entrar el rey en la alcoba y  finalmente al robar la carta, que le da poder a la reina, aspira este poder femenino que le otorga la posesión de este documento real que le interesa solamente a la esposa de su majestad.  El ministro  sufre la misma derrota que la reina al perder la carta frente a sus ojos.
En conclusión,  Lacan propone una lectura crítica a uno de los cuentos más logrados de Edgar Allan Poe y  como afirma Oscar Masotta, La carta robada es un cuento puropuesto que no se pierde ningún elemento de la trama y todo permanece fiel al realismo detectivesco que ilustra el género policial en la letra de este genial escritor norteamericano.
Bibliografía
Masotta, Oscar. (1974). Introducción a la lectura de Jacques Lacan. Argentina: Ediciones Corregidor

Allan Poe, Edgar. (1985). Historias extraordinarias. Colombia: Editorial La Oveja Negra.

EDGAR ALLAN POE: Morella y Berenice


Escritor norteamericano y maestro del cuento fantástico moderno,  nació en 1809 en Boston. Fue un precursor del relato detectivesco en Estados Unidos, su obra influyó  más tarde en la producción literaria de Baudelaire, Dostoyevski, Faulkner, Kafka, Lovecraft, Borges, Cortázar, entre otros.
Dejó  como legado no solo sus obras sino su estilo. Edgar Allan Poe ha marcado un hito en la historia de la Literatura universal y del arte en general pues hasta la fecha la mención de su nombre no solo se relaciona con sus relatos de terror  sino también con adaptaciones cinematográficas y  teatrales de su obra, con pintura y música que ha recogido la influencia de este popular escritor sobre el que nunca se acabarán los temas de debate. 
Es autor de cuentos de terror,  metafísicos, grotescos, sobrenaturales, analíticos agrupados en Cuentos de lo grotesco y arabesco y en la recopilación  Historias extraordinarias  a cargo de  Baudelaire. La narración de Arthur Gordon Pym fue su única novela publicada.
Poe también se dedicó al ensayo, Eureka es una recopilación de sus trabajos monográficos sobre cosmología. Por otro lado su poesía se encuentra en Tamerlan y otros poemas, su primera publicación.

Falleció en 1849 a los cuarenta años en Baltimore.
Si bien es cierto que los temas recurrentes en los cuentos de Poe reflejan las obsesiones y contradicciones del modus vivendi del famoso escritor norteamericano que se manifiestan en sus melancólicos y neuróticos personajes masculinos con una particular visión de la vida, son los personajes femeninos los que están siempre cargados de una belleza misteriosa y fatal que conduce a la locura a los protagonistas. En  Narraciones extraordinarias no faltan los cuentos en los que el rol femenino redunda en este aspecto. Morella y Berenice, son dos ejemplos pertinentes para sostener esta idea.
Una figura femenina de belleza sobrenatural y notable juventud será el patrón común en estos dos relatos. Por un lado Berenice, prima de Egeo, el protagonista;  es una mujer que alejándose de la casa familiar, disfruta de paseos por los paisajes colindantes  a su mansión, mientras que su primo prefiere la oscuridad de una biblioteca donde se encierra a leer y meditar. Cuando Berenice cae enferma, como si estuviera conectada con Egeo, este también sufre un deterioro mental, mientras el de ella es físico. Tiempo después la joven se presenta ante él transformada, sin razón aparente, en cuanto a la expresión de sus ojos y el color de su cabello, además  son sus dientes el motivo de obsesión y locura que absorben a Egeo y más tarde, tras la supuesta muerte de Berenice, lo empujan a desenterrar su cadáver y extraerle los dientes.
La figura sobrenatural de Berenice, que se corresponde con el ideal de belleza romántico, es similar a la de Morella, joven de naturaleza enigmática que atrae al protagonista con su  erudición y afición sobre temas de teología y panteísmo pero que luego, de nuevo, sin razón,  le resulta  imposible tolerar el tacto de sus dedos de frialdad cadavérica antes de anunciar su propia muerte y sugerir su reencarnación en su hija.
Son las manos, los ojos, los dientes o la piel las partes del cuerpo femenino sobre los que reincide Poe, dotando así a sus personajes de una belleza sublime e inmortal pero a la vez macabra y, por supuesto, sin ninguna alusión a la sexualidad del cuerpo de la mujer.  Son estas cualidades, notables en Berenice y Morella las que desvían la pasión y la razón del amante que sucumbe ante ellas.

Bibliografía
Reyes, Miriam: Las mujeres de Poe.Universidad Veracruzana de México. 2006