Francis
Scott Fitzgerald nació el 24 de setiembre de 1896 en Minnessota. Se le
considera el autor que mejor plasmó la sociedad estadounidense después de la
Primera Guerra Mundial ya que fue representante de la Generación Perdida.
Abandonó
una carrera universitaria en Princeton para unirse en las filas del ejército
norteamericano en la Primera Guerra
Mundial a la que nunca fue.
Escribió
The romantic Egotist mientras recibía entrenamiento militar, los
editores rechazaron la primera versión de lo que luego se convirtió en un best seller de 1919 bajo el título de A este lado del paraíso.
Conoció
a Zelda Sayre con quien se casó luego de la publicación de su primera novela.
El matrimonio Fitzgerald anhelaba una vida que no podían pagar con los ingresos
de Francis Scott, es por eso que él debió escribir relatos para revistas como Saturday Evening, Post, Collier’s Magazine
y Esquire, además vendió los derechos
de sus novelas a Hollywood para la realización de películas.
Es
reconocido como el mayor exponente literario de la década de 1920. Su segunda
novela fue The Beautiful and Dammed
(Bellos y Malditos)de 1922 a la que le siguió en 1925 El gran Gatzby, su obra maestra.
Su
esposa fue diagnosticada de esquizofrenia
y Scott tuvo que alquilar una finca cerca a la clínica donde Zelda
estaba hospitalizada, ahí escribió Tender
is the night (Suave es la noche).
Debido
a carencias económicas Scott trabajó para la Metro Goldwyn Mayer escribiendo
guiones, ese ambiente le sirvió para comenzar su última novela, que nunca
concluyó, The love of the last tycoon (El amor del último magnate), más tarde
editada y publicada por Edmund Wilson.
F.
S. Fitzgerald es además autor de novelas cortas, como El diamante tan grande como el Ritz, cuentos como El curioso caso de Benjamin Button,
ensayos y obras de teatro.
La
enfermedad y paulatina separación de Zelda y sus apuros económicos lo condujeron
al alcoholismo y finalmente falleció el 21 de diciembre de 1940 en
California a consecuencia de un ataque cardiaco.
La Generación perdida
Se
conoce así a un grupo de escritores norteamericanos radicados en París en el
periodo posterior a la Primera Guerra Mundial hasta la Gran Depresión.
Recibieron esta denominación de la poetisa Gertrude Stein, entre ellos destacan John Dos Passos, Ezra
Pound, Erskine Caldwell, William Faulkner, Ernest Hemingway, John Steimberk y
Francis Scott Fitzgerald. Ellos comparten en su literatura aspectos como el
pesimismo y el desconcierto, la crueldad e inutilidad de la guerra, la era del
jazz, la depresión económica y aspectos de la entonces decadente sociedad
norteamericana.
El Gran Gatsby,
(Fitzgerald), Las uvas de la ira
(Steimbeck), Manhattan transfer (Dos
Passos) son las novelas centrales de esta generación literaria inscrita dentro
del modernismo.
Argumento y análisis de la novela
La
obra maestra de F. S. Fitzgerald se desarrolla a comienzos de la década de los
veinte en Estados Unidos, es decir durante el periodo de la Ley Seca. Esta novela transcurre entre Long Island y New
York, entre los ficticios escenarios de East Egg y West Egg.
El
narrador testigo es Nick Carraway, que proviene de una familia acomodada y
trabaja en la Bolsa e introduce a los personajes a través de la relación que
tiene con ellos. El primero en aparecer es
Jay Gatsby, envuelto en un aura de misterio, es dueño de un don extraordinario para saber esperar.
Carraway
alquila una casa, sin saberlo, junto a la mansión de Jay Gatsby, en West Egg, un lugar menos elitista pero casi
tan elegante como East Egg, donde viven los adinerados Buchanan.
Daisy
Buchanan es su prima y Tom, un atlético jugador de polo con un cuerpo cruel y arrogantes pupilas es
su millonario esposo, ambos son por sí solos enormemente ricos.
La
historia que revela Nick Carraway comienza una noche en casa de los Buchanan,
donde es invitado a cenar. Allí se reencuentra con su prima Daisy quien le
presenta a su amiga Jordan Baker, bella tenista con quien Nick tiene una corta
relación. Las mujeres se presentan como dos figuras vestidas de blanco que
parecen volar y demuestran siempre una actitud infantil. Durante la comida se menciona el nombre de
Gatsby, desconocido hasta entonces para Nick; además en la conversación se
denota un marcado paternalismo muy dominante y casi machista, de Tom hacia su
ingenua y bella esposa quien intuye la existencia de una amante en su
matrimonio.
Cuando
Daisy le habla de su hija a Carraway, menciona que lo mejor que le puede
ocurrir a la pequeña es ser una mujer bonita y tonta. Durante la novela se revela que Daisy
renuncia a su rol de madre, cediendo su maternidad a la niñera para vivir
tranquilamente la lujosa y frívola vida que le ha tocado.
Al
regresar a casa en West Egg, Nick ve a un elegante hombre, que días después
identifica como Gatsby. Este parece querer alcanzar una luz verde sobre el mar.
Más adelante, esa luz simbolizaría a Daisy, su amada que vive al otro lado de
la bahía, un ideal inaprehensible.
A
continuación aparecen los ojos del doctor T. J. Eckleburg, que simulan ser la
mirada de un dios testigo que solo puede observar mas no intervenir en los
sucesos que ocurren bajo sus pupilas. En otro capítulo, George Wilson señalando ese cartel publicitario y regañando
a su esposa le dice que nadie puede engañar a Dios que lo mira todo. Es la única alusión a la
religión que revela Fitzgerald en su novela.
Un
día Tom Buchanan lleva a Nick a conocer a su amante. Juntos llegan en su auto
hasta el taller mecánico de Wilson. George
Wilson es el trabajador esposo de Myrtle, la amante de Tom que anhela la vida
lujosa que su marido no puede ofrecerle pero que obtiene con Buchanan. Myrtle
es descrita como una bella pero casi
vulgar mujer, muy diferente de la preciosa y refinada Daisy. La señora Wilson lleva a Nick y a Tom a una fiesta en el
departamento que su millonario amante le ha regalado. Se trata de una reunión simple e improvisada, con
pintorescos personajes de clase media que se divierten y embriagan sin
elegancia en una celebración íntima, muy distinta de las fastuosas fiestas que
ofrece Jay Gatsby en su mansión.
El
narrador describe que semanalmente la casa vecina recibía invitados y demás
asistentes a las increíbles celebraciones a cargo del misterioso Gatsby, sobre
quien se inventaban historias y rumores como el hecho de que él fuera
contrabandista de alcohol, sobrino del káiser y primo del diablo. Carraway
recibe formalmente la invitación a una de esas fiestas. Allí se encuentra con
Jordan Baker y poco antes de que todos se retiren Nick conoce al famoso,
enigmático, encantador, formal y elegante Jay Gatsby quien le ofrece su amistad
jurando su origen noble, su educación en Oxford y sus condecoraciones de la
guerra.
Nick
Carraway deja escapar aspectos de su personalidad en ciertas ocasiones mientras
su posición es más bien la de un observador que emite juicios sobre los demás
de vez en cuando.
Gatsby,
magnate de las droguerías, gana poco a poco la confianza del receloso Nick que
ya acude con cierta frecuencia a su palacete. En una ocasión le presenta al
Señor Wolfsheim, un judío con el que tiene negocios. Esa misma tarde Tom y Jay
se cruzan en el restaurante pero no intercambia palabra, Jay desaparece.
Durante
un paseo de Nick con Jordan Baker, ella le cuenta que Gatsby y Daisy tuvieron
un romance antes que él partiera a la guerra
con la promesa de regresar. Daisy estuvo a punto de romper su compromiso
con Tom, con quien pretendía llenar la ausencia de Jay, finalmente se casaron y
fueron felices en algunas ocasiones, luego de algunos años la ilusión de Daisy
por Gatsby había regresado al matrimonio Buchanan con la misma intensidad.
Mientras tanto Gatsby amasaba su fortuna y una vez convertido en un rico más,
compró una mansión en el extremo opuesto a la de Daisy solo para tenerla cerca.
Jay,
investigando la afinidad de Carraway con su amada, le propuse que la invitara a
tomar el té en su casa a la que él acudiría sorpresivamente. Así una tarde
lluviosa sucede el reencuentro y efectivamente en la sala de Nick. Luego los
tres van a conocer el palacio de Gatsby.
Haciendo
un paréntesis en su narración y proyectándose al futuro de su relato, Carraway revela la verdad sobre su enigmático
amigo para desmentir al lector los rumores
levantados sobre el magnate. James Gatz era su verdadero nombre, hijo de
campesinos, se cambió de nombre a los diecisiete y creó una nueva identidad a
la que se aferró para hacerla realidad. Conoció al acaudalado Dan Cody para
quien trabajó cinco años en los que se abrió camino moviéndose en el fascinante
mundo del millonario. Dan Cody le heredó
su fortuna, pero por asuntos legales nunca pudo cobrarla sin embargo se llevó
de él su educación y la manera de parecer un rico caballero, el narrador no
confirma de donde proviene la fortuna de su amigo, envuelto todavía en
sospechosa reserva.
Daisy
invita a su primo y a Gatsby a cenar, allí Tom se muestra receloso e investiga
los secretos del amigo de su esposa. Jay les devuelve la invitación y acuden
todos a una fiesta donde Tom pretende desprestigiar a anfitrión diciendo que
era un contrabandista de alcohol.
Días
después Jay regresa a casa de los Buchanan y espera que Daisy le confiese la
verdad a su esposo y lo abandone para retomar el amor que tuvieron cinco años
antes. En una discusión embarazosa Daisy no puede decirle a su marido que nunca
lo quiso y desesperada hace que Nick, Jordan, Jay y Tom la acompañen a la
ciudad en un caluroso día. Intercambian autos y llegan al Hotel Plaza donde Tom
finalmente dice todo lo que sabe, toda la verdad sobre Jay Gatsby acusándolo de
intentar corromper su matrimonio y antes de mostrarse celoso, trata a Daisy con
paternalismo tratando de hacer que se olvide de ese pequeño asunto y continúe
su lujosa vida junto a él. La imagen de Gatsby se desmorona ante todos y ciertamente confundida Daisy y él regresan a East Egg en el carro de Jay
mientras los demás vuelven en el auto de Tom.
Nick
introduce el accidente. Tom, Nick y Jordan se acercan a la multitud aglomerada
frente al taller de Wilson y descubren que su mujer aparentemente fue
atropellada por Gatsbby. Esa misma noche
Jay le confiesa a Carraway que fue Daisy la que conducía pero que él asumiría
la culpa para protegerla.
Para
evitar más inconvenientes Tom habla con el esposo de su amante y deja entrever
que fue el contrabandista Gatsby el autor del accidente.
Una
vez en East Egg, Carraway se despide hastiado de esos ricos que lo que mejor
sabían era guardar las apariencias. De camino a casa se encuentra con Jay, que
le cuenta todo y dice esperar que Daisy deje a Tom para irse con él. Sin darle
esperanzas Nick deja a su amigo sabiendo que lo que espera no sucederá.
Lo
siguiente ocurre muy rápido. Wilson encuentra a Gatsby y creyéndolo culpable de
la muerte de Myrtle, le dispara mortalmente y luego se suicida. Nick se entera
del asunto e intenta contactar con su prima pero descubre que ella y Tom se han
ido de viaje. Desesperado y conmovido Carraway busca a los supuestos amigos de
Gatsby pero nadie quiere saber de él, se da cuenta que es el su único amigo. El
padre de James Gatz acude al entierro de su hijo y el misterio que envolvía al
gran Gatsby desaparece con él.
Comentario y valoración de la
novela
F.
S. Fitzgerald ofrece en El Gran Gatsby,
la imagen de una sociedad norteamericana decadente sobretodo en la clase alta.
Por medio de sus personajes Tom y Daisy Buchanan, el autor desfigura y revela
la superficialidad de la élite estadounidense de la postguerra: Tom y Daisy eran descuidados e indiferentes,
aplastaban cosas y seres humanos y luego se refugiaban en su dinero o en su
amplia irreflexión, o lo que demonios fuese que les mantenía unidos, dejando a
los demás que arreglaran los destrozos que habían hecho.
Aquella
sociedad que atravesaba el periodo de Ley Seca, experimentó cambios tanto en la
música, el baile y la moda. Jordan y Daisy representan a esa clase de mujeres
liberadas con derecho al voto a partir de 1920, y que visten faldas y cabello
corto que forman parte de la extravagancia de las fiestas y banquetes de la
época decadente en el sentido moral y no
financiero por el rápido crecimiento económico que produjo el fin de la guerra.
Además
de estar rodeados de dinero, los ricos de esa sociedad eran personas que
guardaban mejor que nadie las apariencias y ocultaban sus problemas domésticos
entre las paredes de sus mansiones. El desprecio que mostraban a los demás, los
pobres y los negros, era producto de un afán dominante que el blanco y rico
ejercía sobre los otros, incluidas las mujeres de su propia casta, apreciadas
solo por su belleza y poca capacidad de entender lo que ocurre alrededor. Para
ilustrar lo anterior, tomamos una frase de Tom Buchanan: “ somos nosotros, la raza dominante, los que hemos de vigilar a las
demás razas, si no queremos que sean ellas las que nos dominen”.
El
prototipo de hombre en esa época es similar al de nuestra actualidad: cuerpo
impresionante, paternalismo que roza los límites del machismo, promiscuidad
justificada y tendencia a ignorar a los que no son iguales a él. La figura de
la mujer que casi siempre se muestra como un ornamento de finos vestidos y
joyas que se pasea por opulentas mansiones.
Fitzgerald
ofrece la comparación entre los ricos, los más ricos y los pobres que habitan
espacios diferentes. En el primer grupo se encuentra Gatsby, acusado de
corrupción y rechazado por no ser de origen aristocrático, este singular
personaje pierde su identidad y se empeña en olvidar su origen para convertirse
en un magnate que pasa por encima de la ley para conseguir su fortuna; en el segundo grupo están los Buchanan, que
viven en una esfera de lujos que los separa del resto del mundo, luego están
los pobres, George Wilson y Henry Gatz, que consiguen con esfuerzo lo que otros
obtienen por herencia. Myrtle y Jordan son mujeres que pretenden formar parte
de la clase alta rodeándose de la materialidad y entablando relaciones con los
que pertenecen a esta. Nick Carraway conoce todos los sustratos de aquella
sociedad pero su rol es el de un testigo que contempla horrorizado las
relaciones de todos ellos y el afán de sortear las barreras sociales que los
separan.
La
alienación es uno de los tópicos más resaltantes de esta novela. Gatsby y
Mirtle son dos ejemplos claves para comprender la renuncia de estos seres a sí
mismos para lograr dinero y poder.
Fitzgerald
complementa la historia del gran Jay Gatsby con descripciones que apelan a
todos los sentidos. El simbolismo de los colores es una característica del
modernismo que trae a colación el autor en esta novela. El amarillo que
representa la riqueza y rodea a Tom Buchanan; el blanco característico de la inocencia de Daisy; el verde por la
vitalidad y el azul por la irrealidad que acompañan a Gatsby, son solo algunos
ejemplos.
Bibliografía
Fitzgerald,
Scott. (1925). El gran Gatsby.
Argentina: Ediciones Orbis (1983)
Van
Spanckeren, Kathyrin. (2007). Literatura
de Estados Unidos en síntesis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario