martes, 13 de noviembre de 2012

BLANCO Y NEGRO La razón contradictoria de Ulises García


CRÍTICA

Para aproximarse a la novela del arequipeño Carlos Herrera es necesario comenzar por desentramar los epígrafes que utiliza el autor en su obra;  el primero de ellos es una cita bíblica tomada del libro del Apocalipsis que  enuncia y condena la tibieza espiritual del hombre; y así es como se define el héroe de la novela: Ulises García, ni frío ni caliente, a lo largo de su vida será  condenado por la sociedad debido a su conformismo, a su indecisión y a  su carácter flemático e individualista, sin embargo lo que redimirá a este trágico héroe será el sacrificio romántico que aceptará  luego de haber concluido que ante todo lo que importa son los principios y por fin habiendo decido lo correcto, preferirá  la muerte a la traición.
El segundo epígrafe, tomado de la historieta Los vigilantes, obra de dos artistas de comics, resume  la belleza de la dicotomía blanco y negro, en ese orden, y no al revés, puesto que al final de la novela, Herrera sugiere con el sacrificio del protagonista que el blanco es más sublime que el negro, pero tristemente injusto. Es decir lo bueno y lo malo, la dicotomía que tenemos presente todos los seres humanos y que nos obliga a decidir de qué lado vamos, debe ser una elección consciente e inteligente que nos conducirá de una u otra manera a la paz, a la felicidad, estados que experimenta el protagonista de la novela, mientras muerte, tras haber optado por el blanco, por lo correcto.
Carlos Herrera, escritor y diplomático arequipeño nacido en 1961, y autor de Blanco y Negro, novela publicada en 1995;  da vida a un singular personaje llamado Ulises García que tiene  un doble defecto físico y moral: tener una visión dicromática de  los colores blanco y negro, además de estar incapacitado durante toda su vida (hasta instantes antes de morir) para elegir entre una de las dos caras de una contradicción; es decir, Ulises siempre se encuentra entre la frontera de lo bueno y lo malo sin decidirse por nada. Ulises García es el personaje que no siendo el prototipo de  héroe pero tampoco encarnando al  villano, asume un sacrificio romántico luego de haber vivido  condenado por la sociedad y  traicionado por la duda y los valores de una sociedad cuya principal característica es precisamente la contradicción.
Los personajes que acompañan la odisea de Ulises se dividen en dos bandos: los buenos y los malos, que intercambian roles a lo largo del relato; en el primer grupo están la madre de Ulises, que lo protege y le inculca el amor y respeto a Dios, su padre, que  a pesar de todo desea el bien y la felicidad para Ulises; la tía Adelaida y el tío Arsenio, que lo acogen en su casa tras la muerte de sus padres, Héctor, quien de niño lo defiende y trata de resguardarlo casi hasta el final. En el segundo grupo está la sociedad que no permite la ambigüedad y la dicotomía de Ulises y que lo obliga a trabajar, a elegir entre derecha e izquierda, entre el amor y la traición; está también Mari Luz, la mujer de quien Ulises se enamora, quien no le corresponde pero a quien protege hasta la muerte y finalmente están Héctor, representando el poder militar, la derecha política, el honor, el patriotismo y el orden; y Ántero, figura de la fuerza de la revolución y  la lucha por la igualdad.
Así la novela de Carlos Herrera abarca la vida de Ulises García desde su nacimiento hasta su muerte. En los primeros capítulos Herrera describe la niñez y adolescencia del protagonista, así  cuenta que el padre de Ulises trata de convertirlo en un hombre que siendo inteligente y ambicioso, consiga fortuna y respeto; por su parte la madre pretende que su hijo sea un hombre devoto  y trata de despertar en él una vocación religiosa. Sin ponerse de lado de ninguno, Ulises acepta la doble formación de sus padres. Así Ulises es educado en un colegio jesuita donde debe aprender mecánicamente y contra su voluntad todas las nociones que los niños comunes como no lo era él, aprenden en la escuela. Dotado de una singular inteligencia, Ulises desde pequeño aplica el auto aprendizaje en base a lecturas que proporcionan las teorías que el protagonista necesita para comprender  y conocer el mundo; la desventaja es obvia, Ulises no sabe nada más de lo que los libros le pueden enseñar; es decir las vivencias normales de todos los niños y adolescentes, son aprendidas con una dosis extra de sorpresa y dolor, daba la introspección del personaje y su defecto moral.  Ulises es un niño débil que pasa desapercibido, su único amigo de toda la vida es Héctor, quien lo defiende de agresiones y maltrato de los demás compañeros de la escuela. Cuando Ulises termina el colegio sus  padres mueren uno después del otro, quedando solo y pobre, el héroe queda al cuidado de su tío paterno Don Arsenio García  quien espera hacer de él un hombre de bien, esta es una de las primeras pruebas que debe afrontar el protagonista: debe buscar la manera de sobrevivir.  Ulises que tenía pensado iniciar una odisea para conocer el mundo, tras la muerte de sus padres se ve imposibilitado de cumplir ese sueño y es obligado por su tío a escoger una carrera universitaria, luego decide que no quiere estudiar ni trabajar así que desamparado del auxilio económico de Don Arsenio, decide que para subsistir debe leer y luego vender la única herencia de su padre: su biblioteca para comprar más libros y algo de comida; luego de dos años Ulises ha vendido todos sus libros y se encuentra nuevamente solo y miserable. Así mientras trata de manejar su situación frente al mundo, su tío logra conseguirle eventuales trabajos que el protagonista no puede conservar no tanto por su ineptitud pero si por doble defecto. Pronto la vida ociosa y placentera que Ulises busca en los libros y el poco dinero que logra ganar, hace que peligre su futuro,  pues habiendo estudiado la estructura socioeconómica de su país y aplicando a sus pocos amigos y conocidos  un esquema y teorías propuestas por él en base a las lecturas de muchas obras, el joven personaje de Carlos Herrera queda fuera de la escala social y al borde del infortunio. Ulises divide a la sociedad  y en ella a sus habitantes como tiranos, solidarios, distingue la justicia y la represión, al individuo y a la comunidad, pero no puede ubicarse en ningún grupo, ese es su pecado, puesto que esa indeterminación lo arrastrará a la muerte. 
Ulises, que no trabaja ni estudia cae en la bohemia y comienza a mezclarse con el Círculo, un grupo de  revolucionarios y poetas que sin que él fuera consciente y sin involucrarlo demasiado, lo consiguen adoctrinar en la política izquierdista, marxista y rebelde. Dentro de ese grupo resalta la figura Ántero, quien se convierte en su amigo y le consigue un trabajo en el periódico donde trabaja. Poco a poco Ulises se deja llevar por forma de pensar de sus compañeros, sin dejar de ser racional y sin decidirse del todo comienza a formar parte de ese círculo político de izquierda socialista mientras que se enamora de Mari Luz, adepta también al socialismo como si se tratara de una religión. Ulises sin decidirse del todo, evalúa meticulosamente las bases políticas y sociales del Círculo y llega a simpatizar, aunque no del todo, con aquel grupo, ya sea porque en parte el protagonista lo ve todo desde la perspectiva teórica y de los libros como de la religión, ambos legados de sus padres.
Ulises, conocido después por la objetividad con la que escribe su columna en el periódico, comparte también la amistad con Héctor, su viejo amigo de la escuela quien moldeado por la instrucción militar, acaba de ser expulsado del Ejército por un asunto menor pero que tiene bien claros los valores del honor y el patriotismo ante todo. 
El momento social y político que atraviesa el país de Ulises, que sin ser nombrado aludiría al Perú, es decisivo para el futuro de todos, puesto que resquebrajado el gobierno y luego de años de dictadura militar y posterior intento de democracia, se espera la revolución que lo solucione todo. Entonces se fortalecen  el Grupúsculo y la Banda.  Carlos Herrera no utiliza nombres, pero parece ser claro que este Grupúsculo  en el que finalmente se disuelve el Círculo y al cual se adhieren con especial fuerza Ántero y Mari Luz, es el equivalente literario del Movimiento Senderista y la época en la que sitúa la novela, alude a la inicial dictadura de Alberto Fujimori, así como la Banda, sería el grupo de fuerzas armadas y militares que violentamente tratan de acallar la agresiva y sanguinaria revolución del Grupúsculo.
Ulises sin  decidirse entre ambos bandos, se aleja del desaparecido Círculo y pierde contacto con Ántero y con Héctor. Una noche después de un largo tiempo, se encuentra con Mari Luz, quien asustada le comunica un mensaje de Ántero quien le pide que se cuide, momentos después recibe una nota escrita de Héctor con la  misma recomendación. Es claro entonces que Ántero y el Grupúsculo son los opuestos de Héctor y la Banda. Esa misma noche un grupo de encapuchados capturan a  Ulises. El héroe, sin serlo todavía no puede saber quienes son sus victimarios, puesto que no distingue entre el rojo del Grupúsculo ni entre el índigo de la Banda. Sin esperanza de saber en que manos ha caído, Ulises es golpeado a la vez que se le exige dar información sobre el paradero de Mari Luz, al no responder los encapuchados lo dejan para al día siguiente continuar con el interrogatorio y de acuerdo a su respuesta dejarlo con vida o no.  Ulises pasa la noche cavilando y recuerda a sus padres y todo lo que pudo aprender de ellos, concluyendo y confirmando la existencia de Dios, tras resolver muchas dudas también sobre el ser humano, la fe y la razón; finalmente el protagonista decide que se sacrificará por amor a Mari Luz (aunque tampoco él sabe exactamente su paradero) prefiere pensar que se convertirá en un héroe romántico habiendo dado su vida para salvaguardar la de su amada, quien se supone, una vez enterada de su muerte, sabrá agradecer el gesto. Así Ulises por primera vez en su vida, puede estar seguro de algo: lo que importa al final son los principios y su gesto le dará sentido a toda su existencia, ese sacrificio, ese silencio que oculta a Mari Luz, es el rayo que iluminará tanto la razón como la fe que lo han acompañado toda la vida. Por eso, cuando a la mañana siguiente, siente los pasos de sus verdugos sabe que debe hacer lo correcto, que debe elegir hacer el bien, lo que se considera bueno aunque sea a costa de sí mismo. Sin embargo no tiene tiempo ni de abrir la boca, ellos le dicen que han atrapado a Mari Luz y que ella lo ha delatado e inmediatamente después le disparan una bala que le parece resplandecer roja y le permite una última contradicción, la de haber vislumbrado el color de la revolución, después de tantos años de blanco y negro; esa bala lo inunda de muerte y de paz.
Carlos Herrera  propone en esta novela la dicotomía del ser humano, que destinado a una contradictoria existencia, no puede más que elegir. El protagonista de Blanco y Negro, nunca en su vida ha podido decidir (sino solo frente a la muerte) ni se ha resuelto jamás a pertenecer a uno de los dos bandos, como lo cita el autor, para no equivocarse prefiere no escoger; y obviamente la sociedad se confabula en contra de quien no es capaz de alzar la voz para expresarse, como lo hace en su momento el gobierno en contra del menos favorecido: el pobre, la mujer y el niño; así la sociedad condena al indeciso al pusilánime, al flemático, al que prefiere la reflexión  y no la acción: la humanidad castiga y Dios condena al tibio. Herrera valiéndose de un excepcional personaje, nos muestra esta metáfora de la vida. En  la manera en la que la humanidad expectora al débil, resulta  aplicable la  ley del  fuerte y no la del justo que generalmente tiene la perspectiva correcta para interpretar la realidad. Así habitamos un lugar donde todo funciona bajo el influjo de las pulsiones del poder que llevan al hombre a animalizarse y logran finalmente la decadencia de toda la escala social, donde ya que se anula la libertad, se cancela la posibilidad del diálogo, se desmerecen los valores y se pretenden  imponer egoístamente los propios intereses bajo presión y fuerza (como sucede actualmente en cualquier escenario social); se ha perdido el respeto por la vida propia y la del otro, los principios no valen nada y no se apela ni a la fe, mucho menos a la razón, no queda más que decidir entonces entre  la desesperanza  o la lucha, pero no con armas sino con hombres que busquen la paz. 


Texto y fotografía propios.
Texto de la imagen: Carlos Herrera: Blanco y negro, La razón contradictoria de Ulises García
Citar fuente: elamorconsagralamor.blogspot

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