sábado, 25 de agosto de 2012

Tres.


Tus ojos de fuego
y las fauces a las puertas del tiempo
¿Cuándo? ¿cuándo?
si exijo tu presencia
y  puedo hacer tristes las fotos más felices
a blanco y negro y a colores
                                              (si gustas)
al mediodía de un sábado o  cerca a una madrugada
 aprendiendo cosas sin sentido posible
buscando, buscándote
recordando mis viejos cuentos
para justificarme una vez más
esperando, esperándote
con certeza, con furia, con amor, con amor necesario
consumiendo frenéticamente risas ajenas,
gastando portentos, sueños, anocheceres y cielos nublados
garabateando retazos de cosas que serán
observando todo en silencio calculado
en silencio ahogado por la garganta más fría, la más suave, la más tierna
y yo:
aquí estoy
sin cansarme nunca de establecer la perfecta comunicación divina
con tantísimas ganas de seguir con mis historias
pero sin los mismos motivos de siempre
con la misma afirmación
                                   de la sublime música
tras  la cual he despertado
atenta al mundo, con nuevos ojos, con otra voz, con nueva vida
regalo del Amordeamores



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