Utopía significa no rendirse a las
cosas tal como son y luchar por las cosas tal como debieran ser; saber que al
mundo, como dice un verso de Brecht, le hace buena falta que lo cambien y lo
rediman. El despertar religioso, que sin embargo tan a menudo degenera en
fundamentalismos, cumple la gran función de avivar el sentido del más allá, de
recordar que la historia profana de lo que sucede se intersecciona
continuamente con la historia sagrada, con el grito de las víctimas que piden
otra historia y que, en el Día del Juicio, presentarán a Dios y al Espíritu del
Mundo el libro de cuentas y los llamarán a que les den razón del matadero
universal.
Claudio Magriss: Utopía y Desencanto.
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