Oswaldo Reynoso en su novela Los eunucos inmortales, narra a través
de su personaje el profesor O —un ex catedrático de la Cantuta autoexiliado del
Perú, que ha conseguido posicionarse como traductor oficial en China— la revolución
estudiantil o la revuelta de Tian’ anmen de 1989.
Tras la muerte de Hu Yaobang,
un ex secretario del Partido Socialista, estalla una huelga de estudiantes que
toman la Plaza Tian’ anmen, en una protesta pacífica con la cual se exige representación
estudiantil en el gobierno así como se reclama en contra de la opresión del Partido y la pronta democratización
de este. Así en la protesta los jóvenes se unen y forman la Federación Autónoma de
Estudiantes, que pronto inician una huelga de hambre para radicalizar su
reclamo. Como suele suceder en
situaciones similares, tanto en la ficción como en la realidad, los medios de
prensa juegan un papel importante en la difusión de los hechos tanto si estos
son manipulados por las autoridades, como si verdaderamente muestran la
realidad tal como es y desde la visión de ambos bandos. En este caso, son los
propios jóvenes quienes procuran el diálogo y la negociación pública y
transmitida por radio y televisión, de los representantes estudiantiles con los
miembros del Partido.
Así en la novela escrita en primera persona y a
manera de diario de viajes y memorias de Reynoso cobran vida personajes admirables
como Liang, amigo del profesor O. y joven estudiante que se une a la huelga de
hambre en Tian’ anmen. He, Jo y Tin Tin, son también jóvenes chinos que no
participan directamente de la protesta, pero que se suman a ella desde su posición
de observadores. La ayi, ama de
llaves quien se encarga de atender y cocinar para el profesor O, es otro
entrañable personaje chino. Por otra
parte están los extranjeros, entre los cuales se encuentra Coco —estudiante
peruano que vive lo que el profesor O, no puede debido a su estado de recuperación
y convalecencia posoperatoria; se puede
decir que Coco encarna al propio profesor O en el ímpetu y la frustración de su
juventud— Katrin, la novia francesa de Coco, Tomas el ecuatoriano, Michel el
americano, Ester y otros estudiantes extranjeros radicados en China forman
parte del círculo de amigos del profesor O. y como él, no pueden evitar conmoverse ante la
situación que viven los jóvenes estudiantes chinos, puesto que no están permitidos de participar en
la protesta por su misma condición de extranjeros, y deben resignarse a dejar que los chinos den
la batalla que ellos no pueden. Estos personajes, que viven en el Hotel, lugar
destinado como vivienda para extranjeros, forman una hermandad que se sostiene
en lazos de amistad y nostalgia por la patria que dejaron; todos ellos tratan día
a día de aprender a conocer, para luego poder amar, ese imperio oriental que
los acoge con recelo.
Es interesante el rol de padre que
asume el profesor O, y que parece ser
reclamado en medio de todos los jóvenes extranjeros que de cierta manera forman
una familia singular. Por ser el mayor y en teoría el más sabio, todos los
demás confluyen a su alrededor y le rinden tributo con muestras de cariño y veneración
que él trata de retribuir sin lograrlo, frustrándose y renegando de su cuerpo y
de su enfermedad que lo imposibilita de encontrar la felicidad, la clave de la armonía cuya búsqueda lo ha motivado a dejar el Perú,
atravesar el mundo y llegar a la China. Esta utópica búsqueda de la felicidad también
la comparten los extranjeros que como él, han emprendido un viaje largo para
hallar lo que todo hombre procura.
Sin duda además de los
personajes de la novela de Reynoso, son interesantes las descripciones de las
costumbres orientales que el profesor O. descubre en la convivencia con los
chinos a lo largo de los diez años que permanece en la República Popular, conjuntamente con las descripciones de platos
de la memorable culinaria china ; así como son asombrosas las narraciones de
los recorridos que Liang hace con el
profesor O. en retribución por haberle
hecho escuchar la música clásica que estaba prohibida por el Partido, por ser
considerada como un gusto burgués inútil y despreciable.
El bello lenguaje poético de la
narrativa de Reynoso, se intercala con los magníficos monólogos del profesor O,
sobre las vivencias de su infancia en también poéticas rememoraciones del barrio de San Lázaro en Arequipa, que
pronto coinciden con el tema de fondo: la revolución del cincuenta.
Así, mientras el profesor O. y los demás, viven por medio de las trasmisiones televisivas, y
esperan el desenlace de la huelga
estudiantil y la respuesta de las autoridades, un día el profesor O decide
organizar un excursión clandestina y contraindicada a su delicado estado de
salud, a la plaza Tian’ anmen. Motivado en el fondo por su espíritu revolucionario, reprimido desde su juventud,
como se revelará en las últimas páginas de la novela, y sintiéndose identificado
con aquellos jóvenes estudiantes que luchan por sus derechos y los de todo el
pueblo al que representan, es decir a la mayoría inerte y oprimida por el
socialismo castrante que han logrado imponer las malas autoridades. Ayudado por
Coco, Jo y He; el profesor O. casi lograr llegar al lugar de los hechos para encontrarse
con su amigo Liang, de quien no tiene noticias y por quien se preocupa continuamente
como lo haría un padre con su hijo. Debilitado por el viaje pero casi feliz de
haberse hecho presente en Tian’ anmen, el profesor O, debe regresar en
ambulancia al Hotel, donde es atendido solícitamente por todas sus amistades.
Tras desacertadas medidas
tomadas por el gobierno, en un intento de poner fin a la huelga de hambre de
los estudiantes y bajo la presión de la prensa extranjera y mundial, como
sucede en la realidad; el Partido accede a la negociación pública pero sin intención
de ceder ni llegar a un acuerdo para atender a los reclamos, esto no hace más que
confirmar a los huelguistas en su firmeza inquebrantable de continuar con la huelga
de hambre, tal vez con la esperanza de conmover al Partido y lograr algo. Pero no se consigue nada, y finalmente el Partido
sitúa la plaza Tian’ anmen y ordena que miles
de soldados alrededor de la plaza, estén dispuestos a matar a los estudiantes que inciten al desorden, así
se logra oprimir a los jóvenes e inmovilizarlos cuando la situación ya no se
puede sostener, puesto que se trata de un hecho sin precedentes en la historia
de China, y el mundo entero espera que suceda lo que deba suceder. Todo empeora
y sucede lo que no debe suceder: la masacre de Tian’ anmen.
Termina la primera parte de la
novela con el fin del acto de magia al que han asistido el profesor O. con Tin Tin, para cumplir con una promesa hecha con Liang. En este acto se
presagia que algo malo está por acontecer.
En la segunda parte, el
profesor O. recuerda a Liang desde el
momento en que lo conoció un día en que el joven chino tocó la puerta de su
departamento para consultarle sobre la traducción al español que había realizado;
y después de haber recibido por manos de Coco, una carta de Tin Tin, en la que
se relata la muerte de Liang en la masacre de Tian’ anmen. El profesor O. en un
pequeño ritual se despide de su amigo recitando un poema que este le había enseñado.
Finalmente en un bello monólogo
Reynoso, a través de su personaje el profesor O. deja fluir los recuerdos de su
propia experiencia en la revolución de similares matices que sucedió en
Arequipa en mil novecientos cincuenta; en la que los alumnos del Colegio
Independencia Americana, iniciaron una protesta reclamando ciertos derechos estudiantiles
y entre otros pedidos, reclamaban la construcción de aulas y laboratorios en su
colegio; durante el gobierno del dictador Manuel Odría. Esta protesta sirvió de
excusa para que los arequipeños de aquella generación se unieran en un grito común contra la opresión del
nuevo dictador; en la heroica jornada de lucha de junio del cincuenta, en la
que a semejanza de la matanza de Tian’ anmen,
de la novela de Reynoso; el opresor gobierno hace alto a una lucha justa
por medio de la violenta fuerza militar, levantando su mano asesina y tiránica
contra todo aquel que intente sublevarse, contra todo aquel que pretenda la
revolución. La situación es casi la misma, y tanto en la realidad China del 89
como en la de Los eunucos inmortales,
de Reynoso, pero sobre todo en la revolución del cincuenta, en Arequipa. Por eso
todo gobierno encabezado por un mal gobernante, que pretende manejar a un
pueblo, ignorando la ley o simplemente cambiándola a su antojo y por encima de
los intereses comunes y justos
establecidos para todos; refleja en palabras de Reynoso, a los “eunucos
inmortales”: burócratas que siempre se
aferran al timón del barco que sea sin importarles el rumbo que tomen; no importa el color
ni la asociación, tampoco la ubicación, los eunucos inmortales, siempre están
sedientos por la sangre del pueblo. Jardineros macabros que recorren los pueblos
con afiladas tijeras podando capullos de esperanza por una vida libre. Temen nuevas ideas y exigen fidelidad a sus planes,
mientras pisotean la libertad de los demás.
Es de esta genial manera, como Oswaldo
Reynoso retrata un hecho que es tan real
que lo podemos encontrar reflejado en una novela, en el recuerdo de un suceso
histórico, pero también en la cotidianidad de la vida. Basta abrir un
periódico, sintonizar la radio, ver la televisión o encender la computadora
para darse cuenta de que siempre y en todo lugar existirán personas que una vez
alcanzado el poder social, lo usarán de manera egoísta para fines propios y en contra
del bien común; pero que también hay
personas que internarán luchar por el bien con diversos resultados, pero
siempre bajo un precio que exige un sacrificio mortal.
Para concluir, es importante remarcar que frente a cualquier
indicio tangible de opresión, se rememore en la conciencia social, la lucha del
pueblo en contra del autoritarismo y el abuso de poder por parte de un jefe de
gobierno, no para incitar a una sangrienta revolución que finalmente solo lleva
a muertes injustas; sino para hacer un llamado a la unión de todos para abogar
y luchar por el respeto mutuo a la justicia pero sobretodo a la vida. Puesto
que es este respeto a la vida del otro, el
que los pueblos de todas las realidades sociales necesitan para el bien común y
la convivencia fraterna, de modo que esta no sea una utopía sino una realidad
posible para todos los hombres del mundo.CONTENIDO INTELECTUAL DE LA ADMINISTRADORA DE ESTE BLOG
Citar fuente:http://elamorconsagralamor.blogspot.com/
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