Sweetheart, he
pasado de escribir mil cartas de amor a quedarme con la pantalla en blanco. Ya
no quiero hablar de ti, quiero no pensar, no quiero pensar.
Mi furia sobre ti,
sobre nosotros se desliza como melancolía. Es un domingo por la noche y tú
cortaste nuestra conversación ahora estás, y yo no.
Todo lo que
necesitaba era mandar una señal de auxilio a tu perfecta indiferencia. A tu
mirada calculadora, al rictus de tus
labios; pero me cansé de luchar por nosotros. Tu tiempo y mi tiempo no son
compañeros, tu corazón siempre fue una naranja helada y tus palabras de amor tenían medida verdad. Qué triste fue,
como dijo el poeta, ir a tu corazón y hallar un hielo.
Pero Sweetheart, tu
nombre siempre me va a significar nieve y
luz. Yo te voy a amar eternidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario